En su reporte “Resolviendo la contaminación por plásticos mediante la rendición de cuentas”, dado a conocer este mes, WWF señala que se ha querido resolver esta contaminación depositando en los usuarios la responsabilidad, cuando deben tomarse acciones a cada paso de la cadena de producción.
Deja en claro que el plástico no es inherentemente malo e incluso ha traído beneficios; pero ha sido el uso que le han dado industria, gobierno y sociedad lo que le ha convertido en un desastre planetario.
Explica que casi la mitad de los plásticos que hay en el mundo hasta hoy fueron fabricados del 2000 a la fecha, y la mayor parte fue consumida en países de ingresos altos y medio altos. Más de 75 por ciento de todos ellos son ya basura.
Las proyecciones establecen que para 2030 habrán permeado a la naturaleza 104 millones de toneladas métricas de plásticos, y las emisiones de dióxido de carbono por la incineración de este tipo de materiales se habrán triplicado.
La organización protectora de la naturaleza menciona que en 2016 se alcanzó la producción de 396 millones de toneladas métricas, lo que equivale a 53 kilogramos de plástico por cada habitante del planeta, y para el año 2030 se prevé que esa cifra aumente 40 por ciento.
Pone algunos ejemplos del daño que causa el plástico a los ecosistemas, como su ingesta por parte de los animales, aspecto en el que se tienen registros de más 240 diferentes especies víctimas del caso, que al ser incapaces de digerirlo sufren de abrasiones internas, bloqueos digestivos y muerte.
También se ha demostrado que las toxinas del plástico ingerido dañan la reproducción y afectan los sistemas inmunitarios de los seres vivos, lo que toma mayor relevancia en el caso de las especies en peligro de extinción con poblaciones pequeñas.
Un ejemplo más es la contaminación que causan a suelos y agua, toda vez que microplásticos liberados en el lavado de ropa o productos cosméticos pueden acumularse en los sistemas de aguas residuales, procesos en los que son eliminados muchos residuos, aunque otros permanecen en los lodos residuales.
Esos lodos son utilizados muchas veces como fertilizantes en el campo, lo que significa que esas nanopartículas terminan en tierras productivas.
Ante ello, el WWF lanza una convocatoria a industrias, gobiernos y miembros de agentes del conocimiento a reconocer que las soluciones seguidas hasta ahora están fracasando y es necesario encaminarlas hacia el plano de las responsabilidades.
También exhorta a los gobiernos a firmar un tratado internacional legalmente vinculante para eliminar la llegada de los desperdicios plásticos a los océanos, acorde con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 emitido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
También a establecer metas nacionales de reducción, reciclamiento y tratamiento de los plásticos conforme a compromisos internacionales, así como a crear políticas que incentiven la producción de materiales reciclados y a la innovación en la materia.
Asimismo, les invita a colaborar con la industria y grupos de la sociedad civil para elaborar un sistema integral que aborde esta problemática; invertir en sistemas de tratamiento ecológico de desperdicios, y legislar para responsabilizar a todos los eslabones de la cadena del plástico, en términos de reducción, reutilización, recolección, reciclaje y gestión.
Pide implementar medidas eficaces para la producción, recolección y manejo de la basura atendibles para todos los involucrados en la cadena del plástico y elaborar políticas que eviten la transmisión de plásticos u otros residuos mal gestionados a los sistemas de agua.
El WWF exhorta a las industrias a reducir el plástico no necesario para evitar se convierta en riesgo de contaminación; a comprometerse a usar materiales reciclados y otras medidas en el embalaje, así como a innovar en productos reciclables que no tengan impactos negativos en lo social y ambiental.
Llama a evitar los procedimientos contaminantes; a invertir en sistemas para el manejo ecológico de deshechos de uso final y conocer de países que reciben materiales para su depósito, lo mismo que a apoyar el desarrollo de legislaciones y mejores prácticas que garanticen un cambio en el sector.
A individuos y grupos de la sociedad civil les pide trabajar junto con gobiernos e industrias para identificar soluciones sistemáticas para contrarrestar daños negativos al medioambiente y sus consecuencias en la sociedad, y proveer al público de mecanismos para que se haga escuchar su voz.
Igualmente, les exhorta a exigir cuentas a las instituciones internacionales, gobiernos y la iniciativa privada que no tomen medidas respecto a la problemática de los plásticos, así como a involucrarse con los actores gubernamentales que tomen acciones para resolver en forma transparente y verificable la contaminación de plásticos.
Finalmente, a usar su poder como consumidores para que las industrias lo sepan, al tiempo de reducir la dependencia al uso de plásticos mientras se encuentran alternativas a la contaminación ambiental, lo mismo que a reutilizar y reciclar.