Abusos en Colegio Nacional Buenos Aires

15 de Octubre de 2018
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Buenos Aires, 15 octubre (SEMlac).- En este Buenos Aires en el que los pañuelos verdes aborteros no se resignan, la revolución del feminismo se siente imparable. Días atrás fueron las sub 20 quienes, nuevamente, aportaron a la deconstrucción de sentido.

Ese sentido enseñado y aprendido, que es el mismo que instala asimetrías y que ahora se pone en jaque.

Esta vez fueron las exalumnas del prestigioso Colegio Nacional de Buenos Aires las que agitaron el fuego potente del feminismo.

En el acto de entrega de diplomas de la promoción 2016-2017, el grupo de egresadas denominadas Mujeres y Disidencias emitió un discurso de cierre en el que señalaron con nombre y apellido a profesores, regentes y preceptores por situaciones de acoso y violencias. También señalaron a las autoridades por los tratos recibidos durante los años del secundario.

"El regente nos hace comentarios sobre el largo de nuestras polleras, nos toca y nos besa, no nos computa los tardes si le caemos bien". "El preceptor nos ofrece su servicio de masajes, evalúa junto a nuestros compañeros cuál es el mejor culo del año y les comenta "cómo se garcharía" a una de nuestras compañeras.

"También hay besos y manoseos que nos incomodan. Solo comentamos estos episodios entre nosotras en el baño durante el recreo".
Además, denunciaron al profesor de matemática: "saluda a algunas de nosotras con un beso, nos toca la cintura. A sus favoritas nos pide que seamos 'sus secretarias' o que le mandemos fotos de nuestras vacaciones por mail".

Las denuncias de las exalumnas no fueron solo contra el Nacional de Buenos Aires, sino que implícitamente interpelan a todo sistema educativo que sigue perenne en relaciones basadas en las asimetrías.

"Hoy nos damos cuenta que hasta los espacios institucionales que debían educarnos y cuidarnos, hacían agua: porque nos enseñaron a poner un preservativo en diapositivas, pero nunca qué hacer si el varón nos insistía para no usarlo, o peor, si nos insistía cuando ellos querían tener relaciones y nosotras no. Y ni hablar de que nunca nos enseñaron a cuidarnos en una relación no heterosexual.", remarcaron en el discurso.

Zoe Taricco García es una de las egresadas del Colegio Nacional de Buenos Aires e integra el grupo Mujeres y Disidencias. Zoe habla en lenguaje inclusivo y cuenta que el único tinte político que movilizó esta acción es "el movimiento feminista que viene creciendo en la Argentina y nos une a nuestro colectivo más allá de diferencias personales".

"No estamos relacionadas con partidos políticos, sino que hay una unión genuina que genera el reconocerse en el mismo lugar de oprimidas e invisibilizadas y la decisión de resignificarlo eligiéndola como base para construir en conjunto. Nos vimos y sentimos atravesadas por una ola que vino a arrasar con todas las estructuras y a invitarnos a cuestionarnos a nosotras mismas dentro de ellas.

"Nos sentimos empoderadas y salimos decididas a apropiarnos de un espacio que nos viene siendo negado históricamente -continúa Taricco García- y exponemos nuestras experiencias para que aquellas que se sientan representadas en nuestro mensaje sepan que ese lugar les pertenece.
"Las violencias hacia las mujeres y disidencias deben dejar de estar naturalizadas y debemos luchar en conjunto para que así sea".

Respecto a la reacción de sus excompañeros varones durante la exposición de la denuncia, Zoe relata a SEMlac que "estaban bastante sorprendidos pero nos sentimos muy acompañadas y escuchadas".
Sin embargo, considera que esa postura deconstructiva por parte de los varones "está relacionada con las circunstancias socio-económicas y educativas de aquellas que concurrimos al Nacional Buenos Aires. Es tarea de todas expandir y fomentar este cuestionamiento".

En cuanto a este momento en el que el feminismo tiene como protagonista a la juventud, Zoe dice estar convencida de que "al patriarcado lo tiramos entre todas". El feminismo atraviesa de manera transversal a todas las generaciones y nos convoca a organizarnos en conjunto para derribar las imposiciones que nos vienen oprimiendo hace siglos.

"En cada generación, en mayor o menor medida, nos estamos despertando para crear lazos a partir de la forma en la que el movimiento feminista interpela a cada una y le obliga a cuestionar, preguntar, resignificar todo aquello que estaba naturalizado dentro de la ética y la moral social".