Leonardo Dávila Salinas, presidente de la Federación Mexicana de Charrería, detalló sobre esta actividad, la cual fue considerada el año pasado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por decreto de la UNESCO.
“Las categorías infantiles y juveniles son el futuro de nuestro deporte”, asegura Dávila Salinas, un hombre que desde pequeño estuvo en contacto con el mundo de los caballos en natal Arteaga, Coahuila, y ahora en un ferviente participantes en eventos.
Por eso, considera, que en el XXV Campeonato Nacional Charro Infantil, Juvenil y de Escaramuzas, en Apodaca, Nuevo León, se tiene una nutrida asistencia, lo que hace ver que la charrería está recobrando más fuerza.
En las categorías infantil “B”, Aguascalientes impuso sus condiciones con una buena muestra de elegancia en cada uno de sus pasos al ruedo para sumar 205 puntos para Rancho El Picacho, mientras que los hidalguenses de Regionales de Sagrado Corazón sumaron 145 y 88 de Hacienda de Terla, de Jalisco.
“Los Nacionales, antes que nada son la fiesta grande de la charrería, es un lugar donde se reúne la charrería de México y Estados Unidos. En los diferentes lienzos en el país es en donde se dan cita las nuevas generaciones por tradición familiar”, expuso a Notimex.
Refiere que cada vez en las entidades del país se ve mayor número de jovencitos con cualidades para este deporte, “poco a poco los niños van aprendiendo de la gente mayor, que los acerca a la charrería, además de conocer la cultura, tradición, amor, respeto, valor que es importante en nuestro deporte”.
Las manganas individuales y a caballo, así como las jineteadas de yegua se conjugan con las escaramuzas, que con su belleza hacen que la charrería se convierta en algo sorprendente y parte de la cultura mexicana.
“Es un gusto que la familia practiquen el mismo deporte que los padres, siempre queremos tener a nuestra familia a lado de nosotros y sino que simplemente disfruten lo que hacemos”, afirmó.
Expone que en un Campeonato Nacional siempre es impredecible el número de asistentes, ya que se debe esperar a las etapas eliminatorias, pero por ejemplo en Pachuca, Hidalgo, se espera cerca de 135 equipos charros.
“En cuestión de que entidades que aportan más charros, se puede decir que está Jalisco, Hidalgo, Zacatecas, que son entidades de tradición charra y tiene posibilidades de ganar”, señaló.
Aunque parezca fuera de contexto, en la charrería también hay cambios y evolución, es decir, que el ganado se vuelve más selecto y con mejor calidad, “también los charros se muestran más comprometidos, son atletas de alto rendimiento porque llevan un preparación”.
Dávila define a la charrería como “un estilo de vida, en el cual está presente la cultura, tradición y respeto, estos conceptos son pilares importantes de nuestro deporte e identidad que llevamos con mucho orgullos en todo el mundo”.
Concluyó que su pasión por la charrería es más que nada porque desde siempre ha sido gente de campo, aunque por la charrería pasó un poco más de tiempo para ser parte de ella, ya que en Coahuila surgió tarde en comparación con la parte sur del país.