Estamos transitando por 16 días de activismo en el mundo. 16 días de activismo por la vida y la libertad de las mujeres.
La jornada inició el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, y terminará el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.
Y se convirtieron en 16 días de activismo porque las mujeres vivimos en una situación de emergencia tolerada que goza de permiso social.
Una investigación especial de integrantes de la Red Nacional de Periodistas (“La calle el sitio más peligroso para las mexicanas”), revela que de 2012 a 2015 en nuestro país fueron asesinadas 10 mil 10 mujeres. Es decir, en promedio asesinaron a siete mujeres al día.
Una de cada tres fue asesinada en la vía pública. La mayoría eran solteras (42.6 por ciento), una de cada cinco tenía entre 26 y 40 años, y en general tenían estudios de bachillerato o superiores.
De modo que esta investigación muestra que las calles son el sitio más peligroso para las mujeres jóvenes, y a más escolaridad más riesgo.
El otro lugar donde asesinaron a más mexicanas es el hogar: 22.8 por ciento. La mitad de ellas (49.4 por ciento) vivía en pareja, una tercera parte era soltera y una de cada diez viuda.
¿Quiénes asesinan a las mujeres? A 9 de cada 10 mujeres las asesinan hombres.
Y ante la tentación de creer que la naturaleza hace que los hombres sean violentos, la reconocida etnóloga Françoise Heritier dice: “La humanidad es la especie más estúpida: es la única donde los machos matan a sus hembras”. La violencia de género no responde a ninguna ferocidad natural, concluye, sino a un exceso de cultura patriarcal.
¿Cuál es esa? Es la cultura en la que los hombres tienen más valor y poder que las mujeres. Es la cultura que se sostiene de muy distintas maneras en nuestro país.
Se sostiene, por ejemplo, cada vez que le damos permiso a la violencia contra las mujeres: al contar o reírnos con un chiste que ridiculiza a las mujeres, al ver con normalidad que a las futbolistas se les pague menos y se les pida que luzcan “sexis”, al avalar que se compre el cuerpo de las mujeres.
Y sin duda se sostiene al justificar la violencia contra las mujeres. Cuando las culpamos de las agresiones que sufren en la calle, por ejemplo, lo que en realidad decimos es que no tienen derechos: no tienen derecho a divertirse ni a vestirse como desean ni a caminar por la calle ni a ser joven ni a estudiar; es más, que lo único que deben hacer es quedarse en su casa… Y ahí también las asesinan.
La violencia contra las mujeres y las niñas es inaceptable. Es una violación a nuestros derechos como humanas. Y, de hecho, interpela profundamente lo que entendemos por humanidad.
Qué clase de humanidad somos cuando la violencia contra las mujeres es más aceptada que el racismo, más tolerada que la agresión contra los animales, más consentida que el daño al medio ambiente.
¡Urge quitarle el permiso a la violencia contra las mujeres!
¡Urge tomar postura! ¡Urge manifestar: Yo no le doy permiso a la violencia contra las mujeres!
Haz que estos 16 de activismo se conviertan en 365 días de #Yonoledoypermiso.
Haz que sean 365 días por la vida y la libertad de las mujeres.