Detalló que el argumento más fuerte por la que deciden dejar su lugar de origen, es la falta de oportunidades y de empleo, pero sobre todo la falta de planeación familiar.
“Muchos jóvenes son padres a muy temprana edad y la verdad es que no encuentran el recurso y el empleo necesario aquí en el municipio ni en el estado, lo que causa que salgan en busca de una mejor vida hacia Estados Unidos”.
Refirió que la mayoría de los que migran son originarios de las comunidades de San Martín, El Rincón, La Laguna del Servil, El Aserrín, El Batán y la zona Sur del municipio, los cuales se emplean en el vecino país del norte en la construcción y principalmente se van a California, Texas y Oregón.
Aseguró que las 74 comunidades que hay en el municipio, 10 registran la salida de hombres, lo que obliga a las mujeres a hacerse cargo del hogar, pues sólo quedan ellas, niños y personas mayores. “No hay riesgo de que alguna de estas comunidades desaparezca porque son muy pequeñas”.
Afirmó que la mayoría de los migrantes se van en febrero, marzo y abril, quienes por lo general regresan alrededor de mil 200 personas en noviembre y diciembre, sin embargo se van de manera ilegal.
“Sabemos que los coyotes les cobran entre 25 y 30 mil pesos por pasarlos, pero evidentemente no le dan una garantía”.
Destacó que hay algunos trabajadores y habitantes que se van con visas de trabajo, pero van a Canadá y pocos a Estados Unidos y sólo el 10 por cierto de los que se van legales van con visa.
Refirió que es complicado que la primera vez que se van pasen todos, pero también es cierto que no regresan a su lugar de origen, ya que se quedan en la frontera para seguir intentándolo hasta que logran pasar, pero lo intentan tres o cuatro veces porque para ellos pesa más el sueño americano que regresar con sus familias.
“La mayoría se emplea en la construcción, a hacer cabañas de madera, de albañiles y en trabajos en los restaurantes y algunos por estar yendo y viniendo dominan el idioma inglés y eso les facilita mucho el estar allá, pero siguen siendo ilegales”.
Destacó que la mayoría de los que se van sólo tienen concluida la primaria y sólo en algunos casos la secundaria, pues ya no les interesa seguir estudiando y ven en Estados Unidos una oportunidad para trabajar.
Aseguró que como la edad promedio de los que se van es de 15 a 23 años, la mayoría hace familia allá, por lo que les cuesta mucho trabajo regresar y más por las políticas migratorias de Donald Trump.
“Sabemos que los que regresan es porque los agarran cometiendo alguna infracción de Tránsito y al checarlos en el sistema ven que están de manera ilegal y los regresan, pero la mayoría ha sido por faltas administrativas”.
Sobre las remeses que envían los connacionales a las familias de Amealco, destacó que no tienen una cifra, sin embargo si es una cantidad considerable, al referir que se nota en el crecimiento del municipio, el cual no sólo crece en turismo sino también en el comercio, lo que ayuda a la economía del municipio.
“Inevitablemente hay algunas personas que por la presión que existe por parte del gobierno de Estados Unidos tienen que dejar sus empleos forzosamente para regresar y muchos de ellos la verdad es que dejan a sus familias que hicieron allá y se regresan solos”.