"Soy campeón, tengo la responsabilidad de seguir entrenándome fuerte en el gimnasio para hacer las peleas obligatorias y contra el que levante la mano, pero el que viene hablando de más hace tiempo es Stevenson y me gustaría callarle la boca", señaló.
Stevenson, de 23 años, va invicto en 15 peleas como profesional y ha retado en sus redes sociales a Valdez, a quien ha acusado de evitar el combate, lo cual molestó al mexicano.
Valdez conquistó el pasado sábado la faja superpluma al vencer por nocaut en 10 asaltos a su compatriota Miguel Bertchelt y aunque tendrá un año para verse obligado a defender su corona, pretende hacer un par de combates más en el 2021.
"Es una carrera corta la del boxeador y hay que aprovechar ahora para pelear con los mejores; tengo 30 años, me siento bien y no quiero remordimientos de un día decir que pude pelear con alguien y no lo hice", agregó.
Sobre una revancha contra Bertchelt, el monarca confesó que es un amigo y prefiere verlo debajo del ring, aunque si la gente quiere una segunda pelea, él aceptará.
Valdez dio una muestra de pundonor al arrodillarse el sábado en el ring ante Bertchelt, cuando éste se recuperó del golpe cruzado de izquierda que lo derribó; Óscar le besó el guante a su rival y le recordó que tenía todo para volver a ser campeón.
"Le di un abrazo y las gracias por la posibilidad de pelear, le dije que nos veremos en Hermosillo, encima o debajo del ring y le dije que él iba a ser campeón mundial otra vez. Él me repitió que yo merecía esto", confesó.
Ante los medios, Valdez señaló que dedicó su triunfo a su entrenador de la selección olímpica, Francisco Bonilla, fallecido en el 2020 y recordó la calidad humana del estratega que lo llevó a ganar una medalla mundial y a pelear en dos Juegos Olímpicos.
"Se lo dedico a mi entrenador Bonilla; la última vez que hablamos me dio consejos y yo le mando abrazos hasta el cielo. Después de mi último combate como olímpico, sabía que me iba al profesionalismo y me pidió que no cambiara como persona. Es lo que hice", señaló.
Valdez explicó que el sábado su pelea se ajustó al plan diseñado por el entrenador Eddy Reynoso, a quien agradeció, y reveló que el combate no fue fácil, incluso en el quinto asalto, recibió un gran golpe en el hígado que lo desestabilizó.
"A veces no lo creo (el título mundial). Ha sido difícil dormir, por la emoción", concluyó.