En un comunicado, refirió que diariamente, al área de Nefrología del Hospital de Especialidades, llegan seis pacientes para iniciar protocolo de trasplante renal, es decir 180 al mes, la mayoría en espera de un donador cadavérico.
“El hecho de que se promueva el trasplante es porque como tratamiento es mucho más económico, además de ofrecer mejor calidad de vida a los pacientes con insuficiencia renal”, comentó.
Consideró que si hubiera una mayor cantidad de órganos cadavéricos donados podría llevarse a cabo el trasplante anticipado, es decir antes o poco tiempo después de que el paciente inicie un tratamiento de diálisis peritoneal o hemodiálisis. Hoy día esto sólo ocurre en el dos a cuatro por ciento de los casos.
Informó que, por desgracia, al ser una enfermedad silenciosa, muchos pacientes no acuden a revisión médica y no son detectados en las primeras fases de la enfermedad, sino hasta que su función renal es menor al 20 por ciento y requiere de algún tratamiento sustitutivo en tanto llegue la oportunidad de un trasplante.
Gómez Navarro añadió que ahora las familias son más pequeñas y ya no hay muchas posibilidades de donantes vivos.
“En el caso de los padres, uno o ambos son diabéticos o hipertensos y no pueden donar. Lo ideal es que done un hermano, pero no antes de los 25 años, porque antes de esa edad pueden presentarse problemas de salud que afecten al donante”, dijo.
Gómez Navarro dijo que se han dado casos en los que un gemelo quiere donar a otro, pero al momento de hacer los estudios de compatibilidad, se detectan fallas en la función renal del donante, por lo que el procedimiento ya no puede continuar”.
En este sentido, el experto insistió en la importancia de fomentar la cultura de la donación cadavérica, debido a que órganos y tejidos pueden salvar la vida de muchas personas, lo mismo que en la importancia de los chequeos médicos frecuentes para detectar la enfermedad renal en sus fases iniciales.