“Aquí no queremos ir a trabajar, es un día de luto para abrazar a las familias, además, para algunos de nosotros es como ese miedo de ´¿y si vuelve a pasar?
He leído y escuchado que los miedos colectivos pueden atraer sucesos malos”, expresó Rocío Hernández, una de las vecinas del inmueble que se derrumbó en la calle Rancho del Arco 32 en colonia Los Girasoles, en Coapa, en la Ciudad deMéxico.
“Hay un nerviosismo permanente y ante cualquier ruido fuerte, una alarma de coche o lo que sea es como si una parte se te volviera a disparar. La vida cambió, definitivamente hay un antes y un después del sismo”, mencionó.
Aunque los expertos han referido en diversas ocasiones que los movimientos telúricos no se pueden predecir, los comentarios en pasillos de trabajo, charlas familiares e incluso en redes sociales, reflejan la falta de deseo de acudir a trabajar en el próximo aniversario del sismo, ante el temor de que una ´coincidencia´ más se pudiera presentar.
Alejandra, otra mujer que trabaja en un edificio de 12 pisos en la colonia Roma, asegura que, si bien ha podido superar las crisis nerviosas de los primeros días, no así sus pesadillas, en donde se repiten imágenes de edificios caídos a su alrededor.
“Yo creo que el sismo del año pasado lo decretamos con tanta mala vibra, de tanto haber estado pensando en el del 85 con simulacros, homenajes y todas esas cosas”, consideró.
El psicólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Héctor Barrios Alonso, expuso que después de un suceso como el sismo del año pasado, las personas pueden presentar sobresaltos y exaltación ante cualquier ruido o sensación de emergencia, lo que puede generar angustia y pensamientos catastróficos.
Sin embargo, pidió a la población diferenciar entre el estrés y el estrés postraumático, pues este último se puede explicar cuando las personas aún no encuentran su ritmo de vida habitual, por lo que padecen problemas de insomnio, depresión o desórdenes alimenticios.
“Yo sí me llevo el Jesús en la boca pensando en que se pueda repetir, uno se aterroriza porque no se sabe hasta dónde va a llegar. Los ´19´ son fechas marcadas que comienzan a dar miedo”, manifestó María Justina Acedo.
A la fecha, quien es originaria de Sonora, no ha podido regresar a su departamento en Miramontes 3032, luego de que Protección Civil lo catalogara de Alto Riesgo ante posible colapso.
La Ciudad de México ha sido sacudida por los grandes sismos de 1985 y 2017 -ambos el 19 de septiembre- y a los cuales de manera reciente se sumó el movimiento del pasado 19 de julio de 5.9 con epicentro en Huajapan de León, Oaxaca.
Pese a estas fechas que han llamado la atención de la población, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) ha recalcado en diversas ocasiones que al día existen alrededor de 42 temblores y que, hasta el momento, con la tecnología actual, los sismos no se pueden predecir.
“En el caso de las personas que sueñan constantemente con el sismo, les impide dormir o quienes sientan cierta ansiedad porque creen que va a temblar en este 19 sería bueno que consultaran a un especialista”, recalcó en entrevista el psicólogo de la UNAM. Recomienda a la población más vulnerable evitar revivir las imágenes de los noticieros.
“No prendan la tele ni observen las imágenes para recordar el aniversario. Si una persona ve el noticiero y está muy triste a lo mejor se pondrá a llorar la primera hora, pero si a raíz de eso sigue mal la primera semana y se empieza a excluir o manifiesta algunos otros síntomas, se puede hablar de un evento traumático que despierta sentimientos que en su momento no se trabajaron”.
Barrios Alonso recordó que la Facultad de Psicología de la UNAM recibió numerosas llamadas de personas que querían suicidarse ante la crisis del sismo del 19 de septiembre de 2017, de ahí que se armaron grupos de especialistas de la institución para brindar pláticas gratuitas a escuelas y empresas, una demanda que disminuyó de manera eventual.
No obstante, reiteró que el aniversario del sismo volverá a traer imágenes que podrían volver a detonar el estrés, “si en algún momento sienten que algo se despierta no hay que dejarlo pasar, es necesario que busquen atención profesional; tanto la Facultad de Psicología como instituciones privadas ofrecen este tipo de servicios”.
Oscar Hernández, un ciudadano que como miles de mexicanos ayudó en las labores de retiro de escombro y traslado de víveres, se dice creyente de la ciencia, por lo que considera las fechas fueron “una tremenda coincidencia”, que por supuesto, no quiere volver a presenciar.
“Yo me percibo más vulnerable, en alerta permanente porque nos dimos cuenta de que no somos dueños del planeta, es la naturaleza la que decide cuándo y cómo te puede cambiar la vida”.