“Yo venía con ellos pero no ingresé por temor, porque yo no puedo regresar a mi país y obviamente no me iban a dejar pasar y lo que quiero es transitar por México sin problema”, comentó Álvaro Sandino, originario de Nicaragua.
Según reportó el INM, a las 3:30 horas de hoy, un grupo de 350 migrantes irrumpió de manera violenta en la frontera entre México y Guatemala, al romper el candado que cierra la reja divisoria.
Por otra parte, en cuanto a los motivos que lo orillaron a dejar su país de origen, Álvaro señaló que Nicaragua “está pasando por una situación difícil, los jóvenes no tenemos empleo; no podemos ir a la universidad porque ese beneficio nos lo han quitado”.
Dijo que en su tierra estudiaba Lengua y Literatura en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, pero le retiraron la matrícula por sus ideas contrarias a las del gobierno nacional.
“Si tu piensas contrario al gobierno, te declaran golpista, opositor, y eso para el gobierno es un delito”, dijo.
Aún con la nostalgia de haber dejado a su hija de nueve años en su país, Álvaro, a quien las gotas de sudor no dejan de escurrirle lentamente sobre su rostro moreno, afirmó que una vez obtenido el permiso para poder transitar por México, continuará hasta Reynosa, Tamaulipas, a donde le esperan conocidos para intentar cruzar la frontera con Estados Unidos.
“Le pido al gobierno mexicano que por favor se ponga la mano en la conciencia porque nosotros simplemente necesitamos transitar por su país, no venimos a quitarles nada, solamente queremos resolver nuestras situaciones”, señaló.
En este sentido, el migrante hondureño Omar, quien viene acompañado de su esposa y seis hijos, sostuvo que respecto a la caravana que ingresó violentamente al país la madrugada de este viernes, él desde hace tres días ya escuchaba rumores sobre ella en Honduras, pero no se animó a venirse con estas personas.
“Yo prefiero el trámite legal de migración porque yo pienso que sería lo más correcto. A mí me facilitaría el acceso porque tengo una niña con problemas de salud muy graves (un tumor cerebral) y quiero buscar ayuda porque México es un país que está colaborando”, mencionó.
A pesar de lo acontecido este día con el grupo violento que ingresó por esta frontera, la seguridad en las oficinas del INM en Ciudad Hidalgo son mínimas, pues a diferencia del mediodía, donde había alrededor de 50 policías federales, en estos momentos no es posible apreciar a algún elemento de esta corporación.