Roma, Italia, 16 Feb 2024.- Otrora tierra de mafia y de violencia política con una historia a menudo escrita en sangre, Italia se ha convertido en uno de los países más seguros de Europa, con unas bajas tasas de homicidios en comparación con las de sus vecinos.
Desde mediados del siglo XIX hasta los años 1990, la mafia dejó miles de muertos: subalternos o capos enterrados en hormigón u ofrecidos como comida a los cerdos, además de policías, jueces, curas, testigos o comerciantes que se negaban a someterse a su poder.
El macabro balance lo completan los "años de plomo": desde finales de los 1960 hasta comienzos de 1980, grupos armados de extrema izquierda y extrema derecha sembraron el terror para fomentar el caos, debilitar al Estado y, finalmente, instaurar un nuevo régimen.
El asesinato en 1978 por parte de las comunistas Brigadas Rojas del exjefe de gobierno Aldo Moro quedó en la memoria colectiva como el crimen emblemático de estos años.
Pero fue el llamado "terrorismo negro" de los grupos neofascistas el que causó un mayor reguero de sangre, con unas 400 víctimas entre civiles, policías y magistrados.
- Reconversión de la mafia -
El fin del terrorismo político y la conversión de las mafias a la delincuencia "de cuello blanco" llevó a un descenso de los homicidios en el país.
En 2023, Italia registró tres veces menos asesinatos que Francia (330 contra 1.100), según las estadísticas oficiales de ambos países, que tienen una población relativamente similar.
"Los homicidios disminuyeron drásticamente estos últimos 25 años, en particular aquellos contra hombres", que eran las principales víctimas de las mafias, afirma la socióloga Raffaella Sette, de la Universidad de Bolonia.
Los homicidios de mujeres también disminuyeron, pero a un ritmo menor y ahora representan uno de cada tres asesinatos cometidos en el país, con 97 en 2023.
De todos modos, la mejora global es considerable. En 1990, en Italia había 34 homicidios por cada millón de habitantes, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC).
Las estadísticas de este organismo para 2021/2022 muestran un porcentaje seis veces inferior en Italia, de 5,5 homicidios por cada millón de habitantes, por debajo de España (7), Alemania (8), el Reino Unido (10) o Francia (11).
De hecho, en Europa, solo Noruega y Suiza se sitúan en una tasa de homicidios igual o inferior a la italiana en este sentido.
"Los grupos mafiosos han cambiado radicalmente su forma de operar (...) Ahora invierten en el sector inmobiliario, en actividades comerciales" para blanquear el dinero de la droga y evitar mancharse las manos de sangre, analiza Gianluca Arrighi, abogado penalista y autor de novelas policíacas.
Actualmente, solo un 10% de los homicidios cometidos anualmente se atribuyen al crimen organizado.
- "Tejido social más resistente" -
Es difícil analizar y comparar las expresiones de la violencia en distintos países pero Gianluca Arrighi avanza algunos factores.
Aunque la tasa de pobreza en Italia es bastante más elevada que en otros de sus vecinos europeos, este factor no es determinante en el sentimiento de bienestar social, distinto a la noción más objetiva de bienestar económico.
La "benevolencia" en la comunidad puede contribuir a compensar las dificultades del día a día, apunta Arrighi.
"Cuando más conflictividad hay en un grupo humano, más tienden a aumentar los homicidios cometidos por personas que expresan reacciones que van desde la ira a la adversidad", explica a la AFP.
"Nuestra sociedad es menos violenta", abunda Stefano Delfini, director de análisis criminales en el Departamento de Seguridad Pública.
"El tejido social es más resistente, sin duda por unos valores familiares muy presentes que hacen que las dificultades se sientan de forma menos brutal", argumenta.
Pero el mapa de los homicidios coincide más o menos con el mapa socioeconómico, con más asesinatos en las regiones más pobres, en el sur de Italia.
Otro factor puede ser el consumo de alcohol o de estupefacientes, que en países como Francia o el Reino Unido se ha demostrado vinculado a la violencia.
En Italia no disponen de instrumentos para medir esta relación, pero la Organización Mundial de la Salud señaló que es el país con un menor consumo de alcohol dentro de la UE.