Miami (EE.UU.), 13 dic (EFE).- Un mercado tan pequeño como el de Nueva Orleans no está acostumbrado a hacer tanto ruido en la NBA.
Pero los Pelicans de Willie Green son el equipo de moda y se anotan como candidatos al título dominando la Conferencia Oeste con siete triunfos consecutivos.
Los números hablan por sí solos: 18 triunfos y 8 derrotas que arrojan, en estos momentos, el mejor porcentaje de victorias en la historia de la franquicia (69.2%).
Están por encima de dos temporadas históricas como la 2017-2018, la mejor como Pelicans, y la 2007-2008, como Hornets, que les llevó a ser segundos del Oeste y jugar semifinales de conferencia.
Por entonces, aquel equipo de Chris Paul, David West y Peja Stojakovic tenía un balance inferior a estas alturas de año (16-10).
Precisamente, el base, ahora estrella de Phoenix Suns, se convierte en icono de este crecimiento de los Pelicans pero como antagonista.
Adorado en la ciudad del jazz por su legado en el equipo, Paul encabeza al gran enemigo, unos Suns con los que comienza a crecer una bonita rivalidad desde que la pasada temporada les dejaron fuera en primera ronda.
"Es una rivalidad que será más competitiva en los 'playoffs'", afirmó CJ McCollum tras ganar este domingo por segunda ocasión consecutiva a los Suns en 48 horas.
Irá a más teniendo en cuenta también que Green asumió su primer reto como entrenador principal tras muchos años en Phoenix junto a Monty Williams.
"Son un gran equipo, conozco a la mayoría de estos chicos y lo duro que son capaces de jugar. Gran entrenador. Disciplina. Para nosotros, ganarles en casa dos partidos consecutivos significa mucho para nuestro proyecto", dijo Green.
LA TRANSFORMACIÓN DE LOS PELICANS
Para entender el éxito actual hay que remontarse a la primavera de 2019 con la llegada a la ejecutiva de David Griffin tras dejar Cleveland y la incorporación de Trajan Langdon como manager general.
Griffin fue el artífice del regreso de LeBron James a los Cavs y cuenta con un anillo de campeón. Langdon hizo su carrera como jugador lejos de Estados Unidos y fue campeón de la Euroliga con el CSKA de Ettore Messina.
Entre sus decisiones más relevantes en estos tres años y medio figuran traspasar a Anthony Davis a los Lakers; draftear a Zion Williamson; y diseñar un equipo joven, de calidad y profundo en rotación en manos de Green.
Langdon avisó en el Día de Medios del potencial del equipo.
"Tenemos mucha profundidad de banquillo. Podemos jugar con pequeños, podemos jugar con grandes. Podemos jugar rápido, ralentizar el partido. Este grupo tiene un compromiso enorme", explicó.
Y así es: los Pelicans son actualmente uno de los conjuntos más complicados de defender tal y como lo demuestra su rating ofensivo, el quinto de la liga (115.3 puntos por cada 100 posesiones).
También destacan los números a título personal de jugadores en pleno momento de inspiración como Williamson, McCollum o el puertorriqueño José Alvarado.
La racha de siete victorias consecutivas coincide con la relevante ausencia por lesión de Brandon Ingram en todos estos partidos.
Es la fuerza del equipo sobre las individualidades.
La sociedad de McCollum y Williamson, promediando en los últimos partidos 58.5 puntos de manera conjunta, mira a los ojos a grandes dúos de la NBA como el Durant-Irving (55.3) o el Tatum-Brown (56.3).
McCollum está demostrando lo que muchos sospechaban: sin Damian Lillard a su lado, tiene capacidad para liderar por sí solo.
En su breve etapa en Nueva Orleans promedia más en puntos, asistencias, rebotes y recuperaciones que durante cualquiera de las nueve temporadas en Portland.
Por otro lado, Williamson ha explotado definitivamente.
Se ha sumado a la carrera por el MVP tras haber sido nombrado jugador de la semana en el Oeste y promediar 33 puntos y 8.3 rebotes en este tiempo.
También ha dejado imágenes espectaculares como un mate de 360 grados ante los Suns.
La fortaleza de estos Pelicans radica en la aportación desde el banquillo y el representante de esto es Alvarado.
El domingo 4 de diciembre ante los Denver Nuggets se salió con 38 puntos y batió así el récord de un reserva y un jugador no drafteado en la historia de la franquicia.
Suman todos, incluidos los que no tienen muchas oportunidades como el español Willy Hernangómez, para el que lo más importante es ahora el equipo.
"Entiendo que el equipo va muy bien, que estamos ganando, que la temporada es muy larga, que puede pasar cualquier cosa de lesiones. La clave es siempre estar preparado porque sé que la oportunidad va a llegar", dijo a Efe la semana pasada.