México, 23 Abr (Notimex).- Cada vez que uno abre un libro es abrir un nuevo universo, un sin fin de oportunidades de conocer otras realidades y una posibilidad para descubrir nuestro entorno, pues nos deja recorrer calles, recordar aromas, disfrutar sabores y llegar a destinos aún no visitados.
Sin embargo, no todos los lugares de los que se hablan en los libros son reales, ya que muchos autores han colocado sus historias en sitios muy particulares del mundo, y este martes que se conmemora el Día Internacional del Libro, podemos recordar a algunos que han puesto en sus páginas a México.
Laura Esquivel, la literata mexicana escribió el libro “Como Agua para Chocolate”, un relato escrito en un peculiar estilo (un capítulo-un mes-una receta), y cuyo ambiente es Piedras Negras, Coahuila, un destino fronterizo que albergó la historia de Tita y Pedro, cuyos personajes son muestra de la opresión que ejercen la madre y hermana de la protagonista, Mamá Elena y Rosaura.
Esta obra que se sitúa en la época de la Revolución Mexicana, también es un hermoso recorrido por la gastronomía mexicana, una historia de pasión, amor, el encuentro con la libertad, con los sabores y olores de un México en cambio.
Piedras Negras, es una región del norte de Coahuila: el sitio cuenta con diversos atractivos turísticos, entre los que destacan ranchos cinegéticos con amplias instalaciones para cazar, balnearios y manantiales, donde es necesario conocer su centro histórico, el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, la Macroplaza, y la Misión de San Bernardino.
Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, conocido como Juan Rulfo, fue otro gran escritor mexicano que entre muchas obras tuvo dos muy notables, El Llano en Llamas y Pedro Páramo, este último publicado por el Fondo de Cultura Económica en 1955 y nos lleva a recordar Comala, Colima.
“Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera”. Tres simples frases bastan para conocer el que hoy es un Pueblo Mágico ubicado en el estado de Colima, y que hoy, rodeado de haciendas cafetaleras y con el espectacular Volcán de Fuego de fondo, está lejos de estar en “la boca del infierno”.
Con un agradable clima templado, se pude disfrutar de una taza de café y observar los tejados rojos de la que es conocida como “Pueblo Blanco de América”, entre sus atractivos tiene las Grutas de San Gabriel, el sitio arqueológico El Chanal, y actividades para ascender a la cima del Volcán de Fuego, entre muchas otras.
A su vez, Ángeles Mastretta, la escritora y periodista mexicana, nos lleva a través de su libro “Arráncame la Vida” a Puebla, esta obra que sitúa a sus personajes en un México post revolucionario, y que cuenta la vida de Catalina Guzmán, una mujer que de ser ingenua y sumisa, evoluciona a una audaz y fuerte que conoce el amor a través de un artista.
A lo largo de su relato, la escritora menciona diversos lugares del estado, y entre ellos a la ciudad de Puebla, lugar que también vio nacer a la literata, y por lo cual es necesario darse una vuelta por los lugares con mayor arte sacro en el país.
Zacatlán y Cholula, son dos de los nueve Pueblos Mágicos que tiene el estado, y una de sus principales actividades económicas es la siembra de manzanas, pero sus atractivos van más allá, pues se puede visitar su Reloj Floral, o el Museo de Relojería Alberto Olvera Hernández, así como las Cascadas de Tuliman, la Barranca de los Jilgueros o la Cascada de San Pedro.
Cholula por su parte también tiene mucho que ofrecer, pues es considerada la ciudad más antigua de América, y entre sus lugares de interés está la Zona Arqueológica y el Santuario de la Virgen de los Remedios, además de las construcciones y arquitectura del lugar desde donde se pude tener una de las mejores vistas del Volcán Popocatépetl.
También está José Emilio Pacheco, otro famoso escritor mexicano que igual hizo poesía, crónica, novela, cuento y ensayo, y que con su maravillosa obra corta “Las Batallas en el Desierto” nos deja ver a la Ciudad de México, particularmente a la Colonia Roma, que de la ayuda de Carlos, un pequeño de ocho años nos deja adentrarnos en la historia que nos habla de diferentes contextos históricos allá en la década de los 40.
La Colonia Roma se distingue por su arquitectura, un lugar con restaurantes, jardines, cafés, y bares que hoy la vuelven uno de los lugares más visitados en la urbe, y que entre sus atractivos a conocer están la Casa Lamm, la Casa de la Brujas, la Casa de Ramón López Velarde y el Templo de la Sagrada Familia.