Aunque la peste porcina africana no supone una amenaza directa para los humanos, los brotes de la enfermedad pueden ser devastadores para la industria porcina del país, ya que las formas más virulentas son letales para el 100 por ciento de los animales infectados, indicó la FAO en un comunicado.
En sus esfuerzos para evitar la propagación de la enfermedad, para la cual no hay una vacuna, las autoridades chinas han sacrificado más de 24 mil cerdos en cuatro provincias e impuesto una estricta cuarentena y labores de desinfección con la esperanza de erradicar el virus.
China es el mayor productor de cerdos del mundo, pues tiene casi la mitad de la población mundial de esos animales, estimada en unos 50 millones de cabezas.
Si bien esta no es la primera vez que se detecta la peste porcina africana, su detección y la heterogénea distribución geográfica de los brotes en China han generado temores de que la enfermedad traspase las fronteras hacia los países vecinos del sureste asiático o la península de Corea.
“El transporte de productos porcinos puede extender las enfermedades rápidamente”, dijo el jefe del Servicio Veterinario de la FAO, Jun Lubroth, quien agregó que el virus de la peste porcina africana es muy resistente y puede sobrevivir largos periodos en climas muy fríos o muy calurosos.
La cepa detectada en China es similar a que infectó a cerdos en Rusia en 2017, pero siguen las investigaciones para confirmar su origen, según la FAO, que pidió la colaboración regional y medidas de vigilancia.
La FAO consideró que la respuesta inmediata a estos nuevos brotes pretende eliminarlos lo más rápido posible, si bien desaconsejó restringir por completo el movimiento de productos de origen animal y porcino para evitar las rutas de transporte ilegales.
El Centro de Emergencia de la FAO para la Lucha contra las Enfermedades Transfronterizas de los Animales (ECTAD, por sus siglas en inglés) está en estrecho contacto con las autoridades chinas para monitorear la situación y responder eficazmente al brote dentro del país.
La peste porcina africana es una enfermedad de origen vírico descubierta por primera vez en Kenia en 1910 y su virus se transmite a partir de cerdos infectados o portadores mediante descargas nasales y bucales, orina y heces.