El deslizamiento de tierra ocurrió esta mañana en la aldea de Tina-an, en momentos en que los equipos de rescate siguen trabajando en el rescate de al menos 57 personas que quedaron sepultadas por un deslave en la norteña provincia filipina de Benguet, tras el paso del tifón.
El inspector jefe de la policía de Naga, Roden Ylan Gonzales, informó que unas 24 casas habían sido enterradas por el deslizamiento de tierra de este jueves, que siguió tras varios días de fuertes lluvias, luego del duro impacto de Mangkhut.
Pese a que Naga no recibió de manera directa al súper tifón, mucha agua ha caído en los últimos días sobre la ciudad, provocando el letal deslave en la aldea de Tina-an, donde se estima que entre 50 y 80 personas quedaron sepultadas bajo lodo y tierra.
Una cámara de seguridad del circuito cerrado de televisión (CCTV) captó el momento justo en que una enorme masa de tierra, lodo y rocas se deslizó hacia la aldea, según un reporte del diario filipino The Star en línea (Philstar).
Trabajadores de emergencia y lugareños se apresuraron de inmediato a la zona del deslave para ayudar a los sobrevivientes heridos, cuyos gritos de auxilio podían escucharse a lo lejos, bajo los escombros de sus viviendas sepultadas por lodo y tierra.
Los rescatistas informaron que varias familias estaban recibiendo mensajes de texto de sus seres queridos que quedaron enterrados por el nuevo deslizamiento de tierra, lo que aumenta la esperanza de que se hayan formado bolsas de aire entre los escombros, lo que aumentaría su posible supervivencia.
Los medios locales, como el diario Sun Star Cebu, publicaron imágenes en sus cuentas de redes sociales, en las que se muestran las labores de los rescatistas y los momentos en que varias personas son recuperadas de los escombros y sacadas en camillas.
El inspector jefe de la policía de Naga destacó que los sobrevivientes heridos fueron llevados en ambulancias hacia la parte de atrás de la zona del deslave, mientras que los muertos recuperados fueron trasladados a una iglesia local para que sus familiares los puedan identificar.
La tragedia ocurrió solo cinco días después de que el tifón Mangkhut azotó el norte de la isla de Luzón, provocando la muerte de al menos 88 personas, unos 34 de ellos en el deslave Benguet, aunque al menos 57 siguen desaparecidos.
El súper tifón tocó tierra el sábado pasado en Itogon con vientos de más de 205 kilómetros por hora (km/h) y ráfagas de hasta 305 km/h, afectando a cerca de cinco millones de filipinos, que fueron trasladados a más de 150 mil refugios.
Mangkhut, conocido en Filipinas como Ompong, destruyó cultivos de arroz y maíz por un valor estimado en 177 millones de dólares, dañó 450 viviendas en nueve provincias del extremo norte, según estimaciones de las autoridades.
La tormenta más mortal registrada hasta ahora en Filipinas fue el tifón Haiyan, que dejó más de siete mil 350 personas muertas o desaparecidas en el centro de Filipinas, en noviembre de 2013.