Militares, clérigos, estudiantes y mujeres con velo negro llenaron las calles de varias de las principales ciudades y municipios de Irán para conmemorar la Revolución Islámica, con muchos manifestantes exhibiendo retratos de Jomeini y del actual líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei.
En Teherán, la multitud se reunió en especial en la plaza Azadi (Libertad), convertida en símbolo de la revolución que derrocó al último gobierno del shá Pahlevi y que derivó en la proclamación de la República Islámica por parte del ayatolá Jomeini.
En esa plaza, los manifestantes –con banderas iraníes y coreando lemas como “Muerte a América” y “Muerte a Israel”- se reunieron para escuchar el discurso del presidente Hasán Rohaní, mientras por los altavoces sonaban canciones revolucionarias y patrióticas.
“La presencia del pueblo en esta celebración prueba que los complots de nuestros enemigos fueron desbaratados. No permitiremos a Estados Unidos ganar esta guerra", aseguró Rohaní al hablar a la multitud.
“Estados Unidos ha anunciado repetidamente en los últimos años que Irán colapsaría, pero no sirvió. Irán asumió al contrario una posición más fuerte", agregó.
Rohaní, citado por la agencia de noticias de su país IRNA, dijo que "gracias a su resistencia y unidad, Irán superará los problemas y las barreras" impuestas por las nuevas sanciones estadunidenses.
“No pedimos y no pediremos a nadie permiso para producir algún tipo de misiles" con "objetivos defensivos", advirtió.
Asimismo, el mandatario iraní reafirmó la voluntad de su gobierno de "continuar el compromiso constructivo" asumido con la comunidad internacional sobre el acuerdo nuclear firmado en 2015 con las grandes potencias.
El gobierno estadunidense de Donald Trump se retiró a principios de mayo pasado del acuerdo nuclear y posteriormente reimpuso nuevas sanciones a Teherán, lo que ha representado un golpe a la economía de la república islámica.
Como motivo de las celebraciones de la Revolución Islámica, que se iniciaron el pasado 1 de febrero, recordando aquel día del año 1978 e que volvió del exilio en Francia el ayatolá Jomeini, el líder supremo perdonó o redujo la sentencia del mayor número de prisioneros en la historia del país.