México, 8 febrero 2024.- (depositphotos) Este próximo domingo, el Super Bowl no solo congregará a millones frente a las pantallas en una de las justas deportivas más esperadas del año, sino que también marcará un hito en la celebración binacional entre México y Estados Unidos, gracias al protagonismo del guacamole en las mesas de aficionados.
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) ha revelado que organizar una reunión para disfrutar del partido podría costar entre $1,706.00 y $8,709.00 MXN, dependiendo de la ubicación y el menú seleccionado.
El guacamole, considerado la estrella de las botanas, destaca no solo por su sabor, sino también por su papel en el comercio internacional, impulsando la exportación de aguacate mexicano hacia Estados Unidos.
Según Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC, Estados Unidos es el principal comprador de aguacate mexicano, con Michoacán liderando la producción nacional.
Este Super Bowl, México exportará aproximadamente 130 mil toneladas de este "oro verde", simbolizando no sólo un éxito económico, sino también un puente cultural entre ambas naciones.
La demanda de aguacate para el Super Bowl refleja una historia de cooperación y unidad entre México y Estados Unidos, transformando la gastronomía en un elemento de conexión y entendimiento mutuo.
A pesar de los desafíos, como la amenaza de extorsiones a productores de aguacate, la esperanza es que el evento transcurra sin contratiempos, permitiendo que el guacamole siga siendo un símbolo de amistad y celebración en uno de los eventos deportivos más vistos del mundo.
La presencia mexicana en Estados Unidos, reforzada por la popularidad de su gastronomía, evidencia una integración profunda entre ambas sociedades.
Desde el taco y el burrito hasta el guacamole durante el Super Bowl, la comida mexicana ha zanjado diferencias y construido puentes, consolidando una "supra nación mexicoamericana" que celebra su riqueza cultural común a través del deporte y la gastronomía.
Con una audiencia que promete superar los 115 millones de espectadores del año pasado, el Super Bowl en Las Vegas se convierte en el escenario perfecto para celebrar esta unión, demostrando que más allá del fútbol americano, el evento es un reflejo de la fuerza y la relevancia de la comunidad mexicana en Estados Unidos, tanto en el ámbito económico como en el cultural.