Fuente de las Tarascas, monumento de la ciudad de Morelia

06 de Mayo de 2017
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Morelia, 6 May (Notimex).- La Fuente de las Tarascas sin duda representa uno de los monumentos más representativos de la capital michoacana.

La escultura de bronce presenta a las princesas de la cultura purépecha Atzimba, Tzetzangari y Eréndira y se encuentra ubicada en el triángulo que divide a la Avenida Madero con Avenida Acueducto y Calzada Madero.

El monumento se mantiene como punto de encuentro frente a la Plaza de Villalongín y en la entrada de la Calzada Fray Antonio de San Miguel.

Sin embargo, no siempre fue bien vista y diferentes personajes lucharon por su desaparición o retiro de la exposición pública.

La escultura de bronce presenta a las princesas de la cultura purépecha Atzimba, Tzetzangari y Eréndira.

Criticaron el torso desnudo de las indígenas al señalar que era ofensivo; la fruta que contiene la batea que levantan sobre su cabeza pues no es representativa del estado y el nombre de la escultura, al argumentar que no existe la cultura tarasca.

De hecho, la fuente en bronce que actualmente puede ser admirada es una réplica. La original fue hecha en cemento y alambrón y fue presentada en colores.

Las tres mujeres de piel morena, vestían sólo faldones o rollos en color azul y rebosos en sus cabezas, en el mismo color.

Ricardo Aguilera, cronista de la ciudad, explicó que la obra fue un regalo que se hizo en 1937 al general Lázaro Cárdenas del Río.
"Tras varios años de permanecer como parte de los monumentos de la capital michoacana, en 1967, se dice que a petición de la esposa del exgobernador Agustín Arriaga Rivera, la fuente fue retirada".

Durante muchos años se escucharon rumores entre los morelianos de que la fuente había sido robada e incluso trasladada a España, sin embargo, durante mucho tiempo permaneció en los almacenes de la Secretaria de Obras Públicas y después fue colocada en las instalaciones del recinto ferial.

Fue en 1984 cuando la actual fuente, obra del escultor José Luis Padilla Retana, fue colocada en su lugar actual.

En una entrevista concedida al periódico La Voz de Michoacán, el escultor narró que tomó como modelo el rostro de una indígena originaria de la isla de Yunuen, mientras que los cuerpos fueron esculpidos de acuerdo con su imaginación.

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