El presidente nacional de organismo, Fernando López Macari, precisó que el primer año de cada nuevo gobierno es típicamente de bajo crecimiento, por lo que “no es una sorpresa” que la economía mexicana crezca por debajo de 2.0 por ciento.
“Lo que no habíamos previsto es que hubiera ciertas decisiones y situaciones que de manera doméstica pudieran acelerar un poco más este efecto de la curva de aprendizaje del primer año de gobierno”, argumentó en rueda de prensa.
Al dar a conocer los resultados del Indicador IMEF del Entorno Empresarial Mexicano (IIEEM) a marzo de 2019, el organismo estima un crecimiento de 1.50 por ciento para la economía mexicana este año, tras el efecto de algunos hechos recientes como el desabasto de combustibles, cierres de vías férreas en Michoacán y paros laborales en el norte del país.
A estos factores domésticos se suma la desaceleración que muestra la economía global, lo que ha llevado a los analistas a recortar las estimaciones de crecimiento de la economía mexicana y al IMEF le hace prever que “probablemente no se tenga un horizonte tan positivo como lo hubiéramos anticipado inicialmente”.
Para revertir esta situación, el directivo se manifestó por generar confianza, disminuir la incertidumbre, dar claridad en los planes del gobierno federal y sus principales empresas, como Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
En su opinión, los agentes económicos y el sector privado tienen la necesidad de entender con claridad cuáles son los objetivos del nuevo gobierno y cómo piensan alcanzarlos, “pasarlos del qué al cómo”, para que los analistas lo entiendan y recomienden las mejores estrategias y acciones para lograrlo.
“Lo que hace falta es más información, más claridad y más institucionalidad en las líneas de acción del gobierno”, subrayó López Macari.
Ante señales de debilidad que mostró la economía mexicana en el primer trimestre del año y el crecimiento estimado de 1.5 por ciento en todo 2019, en los próximos cinco años se tendría que avanzar 6.0 por ciento para lograr el crecimiento promedio de 4.0 por ciento que se propone el gobierno federal.
El integrante del Comité de Indicador IMEF, Federico Rubli, informó que en marzo de este año el Indicador Manufacturero registró una caída de 3.8 puntos respecto al mes previo, mientras que el Indicador No Manufacturero aumentó 0.3 puntos.
Además, afirmó, las señales de debilitamiento de la economía mexicana se han vuelto más evidentes, como los indicadores cíclicos, mientras la inversión fija bruta mantiene una tendencia a la baja desde hace un año, lo que refleja que persiste incertidumbre sobre el desempeño futuro.
A pesar de que la confianza del consumidor se mantiene al alza y se ubica en niveles históricos, los indicadores del consumo muestran señales mixtas y no puede descartarse su debilitamiento en el futuro próximo.
En la demanda externa también se aprecian señales de debilitamiento asociadas a la desaceleración de la economía de Estados Unidos, y la disminución de las ventas internas de vehículos apuntan al debilitamiento de la actividad económica.
Así, dijo Rubli, tanto los resultados del Indicador IMEF como otros indicadores disponibles apuntan a un primer trimestre del año con actividad económica débil.