De acuerdo con Greenpeace México, perros y gatos pueden presentar desde irritación en los ojos, hasta pérdida del olfato, sentido fundamental para estos animales al comunicarse, reconocer jerarquías y estados de salud.
Estas especies atrapan partículas pequeñas al respirar y las eliminan por secreción mucosa, pero cuando sufren los estragos de la contaminación los primeros síntomas son resequedad en la nariz, fatiga, falta de apetito y decaimiento del ánimo.
Bóxer, Bulldog, Boston, Pug y Pekinés son las razas de perro más propensas a sufrir con el sistema respiratorio, es común que presenten bronquitis, alergias e infecciones.
En los mininos el asma es una enfermedad frecuente provocada por la inhalación de tabaco, polen o polvo y agravada por los contaminantes, que afecta especialmente a los gatos Persas e Himalayos. Identificar el padecimiento no es muy complicado, pues presentan tos intensa, respiración rápida y superficial.
Durante periodos de contingencia ambiental se recomienda no exponer a las mascotas a periodos de tiempo largos al aire libre, aunque muchos acuden con sus dueños a parques para jugar y pasear.
Es importante que sus platos de comida y agua no estén al aire libre para evitar que entren en contacto con partículas contaminantes, los animales tampoco deben dormir en patios o azoteas, sino en el interior de las casas con ventanas y puertas cerradas.
Los canarios y otros tipos de pájaros también son adoptados como mascotas por algunas familias y no están exentos de tener molestias relacionadas con el ambiente, por lo que las áreas cerradas ayudan a protegerlos.