La importancia de las ‘habilidades blandas’ en el ámbito profesional

En realidad, las habilidades blandas no se oponen a las habilidades duras, también conocidas como habilidades técnicas, sino que unas y otras se complementan.

02 de Noviembre de 2023
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La importancia de las ‘habilidades blandas’ en el ámbito profesional.
La importancia de las ‘habilidades blandas’ en el ámbito profesional.

En los procesos de selección de personal, cada vez es más habitual valorar las llamadas “habilidades blandas”, que son capacidades que están relacionadas con la comunicación, la inteligencia emocional o cómo nos relacionamos con los demás.

Al contrario de las capacidades técnicas, que se aprenden a través de la formación y la experiencia laboral, este tipo de habilidades son difíciles de demostrar y valorar. Sin embargo, el campo de los recursos humanos está desarrollando distintas formas de detectar estas habilidades en los candidatos, por lo que es importante conocerlas y saber cómo trabajarlas.

Habilidades blandas vs. habilidades duras

En realidad, las habilidades blandas no se oponen a las habilidades duras, también conocidas como habilidades técnicas, sino que unas y otras se complementan. Lo ideal en un candidato es que comprenda cuáles son las destrezas y conocimientos que requiere un puesto, y a la vez muestre las actitudes sociales y personales más adecuadas para esa posición.

Por influencia del inglés, últimamente es común oír hablar de los soft skills, que se traducen como habilidades blandas, aunque también se conocen como esenciales, cognitivas o interpersonales, es decir, que se dan entre personas.

La lista de habilidades blandas es amplia y, dependiendo del cargo o trabajo que desempeñemos, se destacarán unas u otras. Una de las más valoradas es lo que en psicología se conoce como resiliencia, la capacidad de adaptarse a cualquier circunstancia o adversidad.

Otros ejemplos de habilidades blandas son:

  • Empatía.
  • Pensamiento crítico.
  • Gestión del tiempo.
  • Capacidad de liderazgo.
  • Creatividad.
  • Resolución de problemas.
  • Trabajo en equipo.
  • Buena comunicación.
  • Pensamiento estratégico.
  • Ética laboral.
  • Trabajo en equipo.
  • Innovación.
  • Resolución de conflictos.
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La importancia de las ‘habilidades blandas’ en el ámbito profesional.

Cómo trabajar las habilidades blandas

Los recursos para trabajar las habilidades blandas todavía no son tan abundantes ni están tan estructurados como los que se utilizan para adquirir las habilidades duras en escuelas, talleres, universidades, etc. Sin embargo, sí hay algunas actividades en las que intervienen cualidades similares a las que se demandan en el entorno laboral, y que podemos aprovechar para practicar y desarrollar esas habilidades.

Un ejemplo es el deporte, tanto si es de equipo como individual. En los deportes grupales se pueden practicar las capacidades de organización, cooperación o liderazgo; mientras que, a nivel individual, hacer deporte nos puede servir para saber establecer metas o para trabajar la constancia y la capacidad de superación.

Algunos deportes, los denominados “mentales”, nos pueden ayudar incluso a trabajar habilidades muy concretas. Por ejemplo, con el ajedrez desarrollamos el pensamiento estratégico o la capacidad de anticipación; y con el poker, que no solo consiste en conocer una serie de reglas y valores, sino que tiene mucho de estrategia y habilidades personales, podemos trabajar aspectos como manejar los ataques de ira y otras emociones o practicar la capacidad de tomar decisiones rápidamente.

Además, en la actualidad, cada vez son más las empresas que ofrecen dinámicas de grupo para, a través de diversas actividades o eventos, trabajar el desarrollo de competencias como el manejo del estrés, la gestión del tiempo o la autogestión, o la comunicación efectiva, entre otras.

Importancia de las habilidades blandas

Con la creciente digitalización de la sociedad, también en el ámbito laboral, se están valorando todavía más las habilidades blandas.

Las nuevas tecnologías permiten la automatización de muchas tareas que antes realizaban los humanos y para las que se requerían unas determinadas destrezas.

La tendencia es que esas actividades más técnicas y repetitivas queden principalmente en manos de las máquinas; los valores que se buscarán en las personas tendrán que ver con cualidades que, al menos de momento, no tienen las computadoras o los robots.

Por ejemplo, se valoran habilidades relacionadas con la capacidad de encontrar soluciones innovadoras y creativas, con ponerse en el lugar del otro o con tener una visión clara para el emprendimiento.

Esto no quiere decir que debamos olvidarnos de las habilidades duras. Incluso aunque las máquinas pasen a realizar gran parte de las tareas técnicas, es necesario conocer esa parte para poder supervisar e intentar mejorar esos procesos. Por lo tanto, como decíamos, no son habilidades excluyentes, sino necesariamente complementarias.