Este desarrollo también conocido como nariz electrónica busca imitar el funcionamiento del sistema olfativo de una persona donde, al igual que en la nariz humana, participan varios sensores que reaccionan a moléculas específicas y generan señales que son transformadas en información en el cerebro.
La responsable de este trabajo es Berenice Domínguez Cruz, del Cimav e investigadora adscrita al programa Cátedras del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Por este trabajo fue distinguida recientemente con una de las cinco Becas para Mujeres en la Ciencia L’Oréal-Unesco-Conacyt y la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) 2018.
Los sensores están elaborados a base de polímeros y su funcionamiento consiste en que una vez que las sustancias se impregnan en los sensores, la información es enviada a una unidad de interpretación, donde se miden sus concentraciones.
Este trabajo se encuentra en la fase de desarrollo de materiales y de instrumentación electrónica. Los sensores desarrollados en el proyecto tendrán la capacidad de medir acetona, acetoacetato y betahidroxibutirato, tres marcadores que pueden ser encontrados en una concentración más alta de lo normal en el aliento de las personas que padecen diabetes mellitus.
Cuando se tenga un prototipo funcional, el objetivo sería probarlo en poblaciones sanas y en poblaciones diabéticas para estudiar el comportamiento del aliento de los grupos y, por tanto, determinar los niveles que nos indiquen cuándo se considera que una persona es diabética y cuándo está sana.
“La ventaja principal de este dispositivo es que se trataría de un sistema de monitoreo no invasivo, por lo que las personas podrían prescindir de los métodos que requieren de la extracción de una muestra de sangre”, informó el Conacyt a través de su agencia informativa.
Domínguez Cruz explicó que aunque no existe todavía un consenso sobre los niveles máximos de estos tres marcadores en el aliento de las personas diabéticas, una concentración alta de estas sustancias sí se considera una señal de alarma, por lo que es recomendable monitorear el organismo.
Esta línea de investigación inició en el Grupo de Polímeros del Cimav y posteriormente dio lugar a un proyecto grupal de Cátedras Conacyt. Hasta el momento el proyecto cuenta con el desarrollo de prototipos de los sensores que estarán instalados dentro de la nariz electrónica.
La investigadora indicó que como parte del trabajo del grupo, se tiene ya una solicitud de patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) por el desarrollo del sensor polimérico sensible a la acetona, así como una publicación en una revista indexada.
La beca otorgada por L’Oréal México, en conjunto con la Comisión Mexicana de Cooperación con la Unesco (Conalmex), el Conacyt y la AMC, servirá para financiar este proyecto y ayudará al desarrollo del prototipo.