Morelia (México) 28 oct (EFE).- A la directora española Anaïs Pareto le parecía inconcebible la idea del distanciamiento de años de madres migrantes con sus hijos y en un ejercicio para entenderlo realizó el filme “Santa Bárbara”, la historia de un reencuentro entre una madre y un hijo.
“Ha sido un proceso largo de decir, ser madre no es lo que te define, no es algo que permea en todas tus necesidades, fue desromantizar un poco este vínculo, aunque sí es muy importante y único, pero el ser mujer no es solo ser madre”, expresó Pareto a EFE en conferencia de prensa.
El filme de Pareto es uno de los diez trabajos de la selección de largometraje mexicano del Festival Internacional de Cine de Morelia (México), de los cuales ocho fueron realizados por mujeres.
En esta obra explora los vínculos de las madres y las familias que se han visto afectadas por el fenómeno social de la migración y que han tenido que dejar a sus hijos en sus países de origen para poder mandarles dinero y darles acceso a una mejor vida.
"Quería explorar qué pasaba con esas madres e hijos que no ven a sus hijos por más de diez años, ¿qué pasa con ese vínculo que se supone que es irrompible?, ¿qué pasa con ese hijo?", dijo la directora.
Este tema queda plasmado en el filme en la historia de Bárbara, una mujer latinoamericana que deja a su país y a sus dos hijos en su país de origen para vivir en España.
La cotidianidad del distanciamiento de sus familiares se rompe cuando su hijo se mete en problemas y la madre se ve obligada a sacarlo del país y llevarlo consigo.
Pareto busca que la gente, e incluso ella misma, deje de juzgar la maternidad de estas mujeres que al no poder estar cerca de sus hijos suelen ser acusadas de "malas madres" y que intenten encontrar la parte más humana de esta situación.
“Creo que en el caso de los hombres (la migración) se ve como un acto de héroes, de sacrificio, de valentía y demás, entonces ¿por qué en el caso de las mujeres tendemos a verlo distinto?", aseguró su protagonista, Anabel Castañón.
La actriz también cuenta que vivió en carne propia los dolores que genera la separación de uno de sus seres queridos debido a la búsqueda de mejores oportunidades, pues su padre migró a los Estados Unidos y no pudo verlo en 16 años.
Ahora, ella ha continuado una historia de migración debido a su trabajo y la también madre confiesa que ha logrado entender que dicho papel lo desempeñará de una mejor manera siempre y cuando sea fiel a si misma y no viva la maternidad de manera frustrada al tener que pausar sus intereses por ello.
"Somos seres multidimensionales, tenemos necesidad de hacer muchas cosas, para mí esto es lo que me ha mostrado Bárbara que en la medida en que yo me acepte, mi entorno aceptará", explicó.
El filme es parte de un grupo de largometrajes inscritos en el FICM que este año exploran temas como de la maternidad dejando de lado su romantización.