Los bosques de este tipo de sargazo (Macrocystis pyrifera) de la península de Baja California, son están considerados entre los ecosistemas más diversos y productivos del planeta. De su presencia dependen pesquerías de alto económico, pero la comunidad científica conoce poco de su variabilidad y capacidad de adaptación a los efectos del cambio climático.
En este sistema de monitoreo participan científicos de las universidades Autónoma de Baja California (UABC) y de California, Estados Unidos.
El estudio contempla variables físicas, químicas y biológicas a través del uso de herramientas como sensores, drones e imágenes satelitales que se combinan con los datos que recogen los buzos en al menos 16 sitios a lo largo del Pacífico de Baja California.
El trabajo se realiza en estrecha colaboración con las comunidades pesqueras, informó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, a través de su agencia informativa.
Rodrigo Beas Luna, investigador de la Facultad de Ciencias Marinas de la UABC, explicó que las imágenes satelitales, capturadas en intervalos de 17 días, permiten obtener datos de la cobertura de los bosques de sargazo desde la década de 1980 a la fecha.
El sargazo gigante es un alga que crece 15 centímetros diarios, llega a la superficie y sigue creciendo formando mantos. Utilizando un algoritmo que integra la coloración de las imágenes de satélite con los datos colectados por los buzos, se puede calcular la variabilidad en la biomasa de cada uno de los bosques de esta región.
Alicia Abadía Cardoso, de la Facultad de Ciencias Marinas de la UABC, comentó en entrevista que las imágenes satelitales se capturan desde hace más de 30 años, lo que hace posible analizar la persistencia de un bosque de sargazo a través del tiempo y los cambios que ha sufrido.
Este año, los científicos implementaron una nueva forma de generar información sobre el sargazo gigante con la utilización de drones que capturan fotografías aéreas de alta resolución, en las que es posible observar individualmente cada alga y entender mejor la dinámica de los grandes parches de sargazo.
A estos recursos tecnológicos se suman sensores instalados en el mar para monitorear niveles de oxígeno, acidez y temperatura.
Las herramientas tecnológicas han sido útiles para dimensionar la presencia de sargazo en distintos sitios de la península, y brindar información para la toma de decisiones en planes de manejo, ya sea para que el sitio se destine como área natural protegida, zona de maricultura o reserva marina.
Entre los primeros resultados de este monitoreo, los expertos reportaron que se pone especial atención en la acidificación del océano, incremento en los niveles de acidez del mar, como uno de los posibles impactos del cambio climático.
También informaron que otro de los hallazgos ha sido la capacidad de Macrocystis pyrifera para adaptarse a los cambios ambientales, lo que es importante para comprender los ecosistemas y promover su manejo óptimo.
La información que se recopila mediante el monitoreo físico, químico y biológico de los bosques de sargazo gigante se concentra en una base de datos, que se puede trasladar a un paquete que fomente el desarrollo de más estudios y la construcción de una red de información útil para la toma de decisiones.