Esta joven emprendedora proveniente de una familia tradicional de zapateros, desde hace unos meses decidió apostarlo todo para fundar su propio taller de bolsas, a unas calles del centro de la Ciudad de León, Guanajuato, que es conocido por su amplia variedad de artículos hechos en piel y de manera artesanal.
Sin embargo, esta emprendedora se enfrenta a una disyuntiva, la competencia con las bolsas sintéticas de baja calidad, traídas de china y que inundan las calles de León, Guanajuato, a bajos precios acaparando las ventas.
Ante la situación, Vega aseguró que la mejor arma es no decaer y seguir creando bolsas que reflejen creatividad a través de sus estilos novedosos que nos ayuden a crear una moda artesanal, que será lo que dé su sello a nuestras bolsas.
“La creatividad y la calidad artesanal es lo que nosotros ofrecemos hoy en día frente a estas bolsas chinas, y otras, extranjeras y de marca con las que competimos”, dijo la empresaria, quien no se arrepiente de esta aventura.
“La bolsa es un artículo que no solo gustan a las mujeres, por lo que existe una amplia gama de tamaños, formas y texturas según lo requiera”, dijo la joven empresaria, quien pese a la situación pone su toque de originalidad en cada bolso, sin importar el tamaño.
Aunque ella no maquila las bolsas, sí es Itzel quien hace el diseño final, porque el accesorio llega a sus manos limpio, así que ellos deben pintar con una base neutra el accesorio, dependiendo del tipo piel que se trate que puede ser gamuza y vaqueta, este cuero es más duro.
Tras esta base, cuyo secado es de aproximadamente ocho horas, se da el siguiente paso que es la selección del diseño que se monta en la bolsa y posteriormente se define con diversos colores especiales, dando así forma al diseño.
“Cada uno de los que hacemos los diseños, que son únicos, logramos a la semana cinco bolsas, que se venden entre dos mil 500 y tres mil 500 pesos, con un margen de ganancia de cerca de mil pesos”, señaló.
Comento que, aunque no es mucha la ganancia, emprender este taller de bolsas ha sido un gran reto que disfruta y el cual espera siga creciendo.
Explicó que hay un arduo trabajo detrás de estos accesorios y aunque muchos prefieren la piel sintética, su taller seguirá apostando por calidad y trabajos artesanales.