Las autoridades de Estados Unidos y Canadá confirmaron este jueves que los restos hallados en el fondo del océano Atlántico pertenecen al submarino Titán, que desapareció el pasado domingo cuando realizaba una expedición para ver los restos del Titanic.
El sumergible, operado por la empresa OceanGate Expeditions, llevaba a bordo a cinco personas: Stockton Rush, CEO de Ocean Gate, el empresario británico Hamish Harding, el buzo Paul-Henri Nargeolet y el empresario paquistaní Shahzada Dawood quien estaba acompañado de su hijo, Sulaiman Dawood.
Según OceanGate, el Titán era un submarino de poco más de 10 toneladas fabricado con fibra de carbono y titanio, capaz de descender hasta 4.000 metros de profundidad. La empresa aseguraba que contaba con un sistema de monitoreo en tiempo real de la salud del casco, la presión y la integridad de la estructura.
Sin embargo, algo falló durante el descenso hacia el lugar donde reposa el famoso trasatlántico que se hundió en 1912. El submarino perdió el contacto con la superficie y no volvió a emitir señales. La Guardia Costera de Estados Unidos inició una intensa búsqueda con aviones equipados con sonares y embarcaciones.
El miércoles se encontró un campo de escombros cerca del Titanic, que se sospechaba que podía tratarse del Titán. Un amigo de dos de los tripulantes confirmó el jueves que se trataba del submarino, al reconocer un marco de aterrizaje y una cubierta trasera sumergible.
Las autoridades lamentaron el trágico desenlace y expresaron sus condolencias a las familias y amigos de las víctimas. También anunciaron que se abrirá una investigación para determinar las causas del accidente y las posibles responsabilidades de la empresa OceanGate Expeditions.