Esta semana, la agenda mediática nos dejó un tema bastante interesante para poder analizar y reflexionar sobre el papel de cada actor de movilidad, en la dinámica de circulación que presenta en estos días la zona metropolitana de Querétaro.
Y es que la regidora de Morena en la capital, Martha Fabiola Larrondo Montes, subió la propuesta al foco de los medios de poder empadronar las bicicletas de los usuarios de este medio de transporte.
La regidora lo consideró una medida de protección al patrimonio de los ciclistas, y acreditar la propiedad en caso de robo o extravío; así como para la identificación del ciclista en caso de algún accidente vial.
Hasta aquí, todo iba bien; hasta que la misma regidora comenzó a nombrar algunas de las conductas viales que también ejercen los ciclistas, principalmente en el primer cuadro de la ciudad.
Los ciclistas, argumenta, pueden tomar velocidades considerables que podrían provocar severas lesiones si se llega a impactar contra un peatón; máxime cuando en el Centro Histórico habita una gran población adulto mayor.
Bajo este contexto, es necesario reconocer que la esencia inicial de la propuesta de la regidora no es algo malo; pero no consideró el contexto de más de 45 muertes de ciclistas en cinco años, que fallecen a causa de una imprudencia de vehículos como automóviles o transporte pesado.
Además, la bicicleta actualmente es un medio de transporte que, efectivamente, ha incrementado el número de usuarios; pero el tráfico vehicular que ha homologado en casi todas las calles de Querétaro ahora representa un riesgo mayor para el ciclista.
Lo que es un hecho es que también los ciclistas son un medio de transporte, el cual debería tener derechos, pero también obligaciones. Sin embargo, la ciudad aún no llega a un punto de estabilidad para garantizar la seguridad integral de los usuarios.
Por ello, la mayoría de los actores políticos que han opinado del tema coinciden en que es mejor iniciar con una campaña de promoción y difusión para impulsar el uso de la bicicleta.
Lo anterior, acompañado de la aplicación de la nueva Ley de Seguridad Vial, que protege con mayor fuerza a los ciclistas. Será interesante ver qué llega primero, si la garantía de seguridad o el interés por andar en bici.