En el municipio de Querétaro, el alcalde Luis Bernardo Nava Guerrero, reiteró su postura esta semana sobre la prohibición de mecanismos de violencia que pretendan ejercer los particulares o empresas para hacer funcionar un negocio.
Además, subrayó la obligación de los establecimientos, comercios y hasta organizadores de espectáculos, para que se garantice la seguridad a los usuarios.
Esto deja muchas interpretaciones al aire, puesto que a finales del año, se registraron dos hechos de violencia en negocios distintos: en la Gasolinera El Porvenir y en el centro nocturno “La Culpable”.
En el primero, personas que aparentemente habrían sido contratadas por la empresa, agredieron a vecinos inconformes por la gasolinera y a medios de comunicación, en un intento por comenzar operaciones.
En el otro, personal de seguridad aparentemente contratado por la empresa de La Culpable, presuntamente golpeó a un ciudadano estadounidense, quien falleció días después producto de las lesiones sufridas.
Lo interesante es que ambos casos sufrieron una situación de violencia, que fue altamente rechazada por los queretanos. Sin embargo, solamente en el caso de El Porvenir se ratificó la determinación de no permitir a los empresarios realizar los trámites para su apertura.
Por ello, se esperaría que se aplicará la famosa frase “o todos coludos o todos rabones”. Es decir, que se debería considerar imponer este tipo de posturas ante cualquier hecho de violencia al interior o exterior de un comercio; cuando se involucra a empleados del mismo.
La administración de la capital del estado tendrá que revisar las similitudes y el común denominador de ambos eventos: la violencia, y que, con base en esta premisa, se aplique la ley a cualquier empresario que caiga en estas conductas.