Pakistán, 17 Ago 2024.- Poco antes de que las lluvias del monzón lleguen a Pakistán, Shamila y su hermana Amina, de 14 y 13 años, fueron entregadas en matrimonio por sus padres a cambio de dinero que ayude a la familia a prepararse ante la amenaza de inundaciones.
"Estaba contenta de saber que me iba a casar (...) Pensaba que mi vida se volvería más fácil", explica Shamila a la AFP tras su boda con un hombre que le dobla la edad y con quien confiaba gozar de una vida más próspera.
"Pero no tengo nada. Y con la lluvia, me temo que tendré incluso menos, si eso es posible", afirma.
El elevado número de matrimonios de muchachas menores de edad en Pakistán había ido decreciendo en los últimos años.
Pero después de unas inundaciones sin precedentes en 2022, activistas de derechos humanos aseguran que esta práctica vuelve a repuntar estimulada por la inseguridad económica vinculada a los fenómenos climáticos extremos.
La temporada de los monzones entre julio y septiembre es vital para el sustento de millones de agricultores y la seguridad alimentaria del país.
Pero los científicos alertan que el cambio climático hace que estas lluvias se alarguen e intensifiquen, aumentando el riesgo de desprendimientos de tierra, inundaciones y daños a largo plazo para las cosechas.
- Antes "no había necesidad" -
Muchas aldeas del cinturón agrícola de Sindh todavía no se han recuperado de las inundaciones de 2022, en las que un tercio del país quedó bajo el agua y millones de personas fueron desplazadas.
"Esto ha llevado a una nueva tendencia de 'novias del monzón'", declara Mashooque Birhmani, fundador de la ONG Sujag Sansar, que trabaja con académicos religiosos para combatir el matrimonio infantil.
"Las familias buscarán cualquier medio de supervivencia. La primera y más obvia es dar sus hijas en matrimonio a cambio de dinero", dice.
Birhmani afirma que desde las inundaciones de hace dos años, los enlaces de niñas se dispararon en los pueblos del distrito de Dadu, uno de los más castigados que, durante meses, se convirtió en un lago.
En la aldea Khan Mohammad Mallah, donde Shamila y Amina se casaron en una ceremonia conjunta en junio, 45 menores de edad se han convertido en esposas desde el último monzón. Un tercio se casaron en mayo y junio de este año.
"Antes de las lluvias de 2022, no había la necesidad de casar a chicas tan jóvenes en nuestra zona", dice Mai Hajani, uno de los ancianos del lugar de 65 años.
"Trabajaban en el campo, hacían cuerdas para camas de madera y los hombres estaban ocupados pescando y conreando. Siempre había trabajo por hacer", señala.
Los padres de las chicas explicaron a la AFP que aceleraron el enlace de sus hijas para salvarse de la pobreza.
La suegra de Shamila, Bibi Sachal, cuenta que pagó 200.000 rupias (720 dólares) a los padres de la joven novia, una suma enorme en una zona donde la mayoría de las familias sobreviven con un dólar al día.
- "No tenemos nada que comer" -
Najma Ali estaba al comienzo muy ilusionada con su matrimonio en 2022, con solo 14 años, y de su traslado a casa de la familia de su esposo, como marca la tradición en Pakistán.
"Mi marido dio a mis padres 250.000 rupias por nuestra boda. Pero era un préstamo (de un tercero) que ahora no tiene forma de devolver", explica.
"Pensaba que tendría pintalabios, maquillaje, ropa y una vajilla", reconoce a la AFP, con su bebé de seis meses en brazos. "Pero ahora he vuelto a casa de mis padres con un marido y un bebé porque no tenemos nada que comer".
La tierra ya no es fértil en su pueblo, a orillas de un canal en el valle de Main Nara, y no quedan peces en las aguas contaminadas, cuyo olor inunda la zona.
"Teníamos frondosos arrozales donde las chicas solían trabajar", dice Hakim Zaadi, la matrona del pueblo y madre de Najma, de 58 años.
"Crecían muchas verduras, que ahora están todas muertas porque el agua subterránea es venenosa. Esto ha pasado especialmente desde 2022", agrega.
"Las chicas no eran una carga para nosotros antes. A la edad en que las mujeres solían casarse, ahora tienen ya cinco niños y vuelven a vivir con sus padres porque sus maridos están desempleados", afirma.
- "Quiero estudiar" -
Pakistán es el sexto del país del mundo con un mayor número de mujeres casadas antes de los 18 años, según datos del gobierno publicados en diciembre.
La edad legal para poder casarse varía entre los 16 y los 18 años en función de la región, pero la ley raramente se aplica.
Unicef ha detectado "avances significativos" en la reducción de estas prácticas, pero hay indicios que estos acontecimientos climáticos extremos ponen a las chicas en riesgo.
"Prevemos un aumento del 18% en la prevalencia del matrimonio infantil, equivalente a suprimir cinco años de progresos", afirmó la agencia de la ONU en un informe tras las inundaciones de 2022.
Dildar Ali Sheikh, de 31 años, se planteó casar a su hija mayor Mehtab cuando vivía en un campamento humanitario instalado tras las inundaciones.
"Cuando estaba allí, me dije: 'Deberíamos casar a nuestra hija para que al menos pueda comer y tener servicios básicos", dijo este jornalero a la AFP.
La niña tenía entonces diez años. "La noche en que decidimos casarla, no podía dormir", cuenta su madre, Sumbal Ali Sheikh, que se casó con 18 años.
La intervención de la oenegé Sujag Sansar permitió retrasar la boda y Mehtab empezó a trabajar en un taller de costura, con lo que puede aportar una pequeña suma a su hogar mientras continúa su educación.
Pero cuando se avecinan las lluvias del monzón, la invade el temor de que con estas llegue también su boda.
"Le he dicho a mi padre que quiero estudiar", afirma. "Veo chicas casadas a mi alrededor que tienen vidas muy difíciles y no quiero eso para mí".