Según la policía alemana de Oldenburg probablemente se trataría de muertes que podrían haberse evitado. Una vez condenado el llamado “asesino del hospital” las investigaciones continuaron, puesto que se sospechaba que podría estar relacionado con otras 30 muertes.
Las investigaciones están arrojando resultados mucho peores de los esperados. Niels Högel, de 40 años de edad, habría matado al menos a 90 pacientes en Oldenburg y Delmenhorst. Esto es lo que la Comisión Especial de investigación informó este lunes después de casi tres años de trabajo.
"Las informaciones que hemos podido conseguir son todavía más aterradoras, superan con creces la imaginación", dijo el jefe de policía Johann Kühme este lunes en una conferencia de prensa de la policía y el fiscal de la región de Oldenburg, noroeste de Alemania.
Los investigadores suponen que estos 90 asesinatos son sólo "la punta del iceberg", dijo Arno Schmidt, jefe de la comisión de la investigación especial, puesto que hay muchos otros casos que no pueden ser probados, se trataría de más de 130 pacientes que murieron durante el servicio de Högel.
Un buen número de esos cadáveres fueron posteriormente incinerados, y por lo tanto, no pudieron ser examinados. "Nunca lo sabremos todo", recalcó repetidamente Kühme. Una cifra dijo “única en la historia de la República Federal de Alemania”.
La comisión especial que investiga el caso supone que Högel cometió su primer homicidio de un paciente en febrero de 2000 en la clínica Oldenburg, con el fin de poder jugar como un salvador heroico. Para ello les inyectaba sobredosis de fármacos a los pacientes.
Los reanimaba después y se presentaba como un héroe entre sus compañeros. De confirmarse esa sospecha, se trataría del peor caso de asesinatos en serie de la historia del país.
Al menos hubo 35 asesinatos más, antes de que Högel se trasladara a Delmenhorst en diciembre de 2002. En el verano de 2005, Högel mató al menos a otros 54 pacientes. Como herramienta de asesinato Högel utilizó un total de cinco fármacos diferentes, que secretamente inyectó en los pacientes enfermos.
Estas nuevas revelaciones se dieron gracias a la tarea gigantesca de un total de hasta 15 funcionarios oficiales que forman parte de la comisión de investigación, que evaluaron a 500 pacientes en los últimos tres años e iniciaron 332 casos criminales por homicidio.
Las exhumaciones realizadas significaron 10 mil horas de trabajo. En total, los investigadores tuvieron que desenterrar 134 cadáveres en 67 cementerios para realizar las correspondientes pruebas.
La justicia alemana inculpa ahora a otros tres responsables del hospital que podrían haber conocido lo que estaba ocurriendo.