“No podemos permitirnos más daños a este precioso recurso natural, que alberga a 33 millones de personas, incluidas 420 comunidades indígenas, 40 mil especies de plantas, tres mil especies de peces de agua dulce y más de 370 tipos de reptiles”, indicó en una declaración.
“El Amazonas, junto con otros bosques importantes como la cuenca del Congo y las selvas tropicales de Indonesia, es una defensa natural contra el calentamiento global debido a su capacidad para mitigar y adaptarse al cambio climático”, consideró.
“Gestionarlo de forma sostenible será una parte fundamental para revertir el daño ya hecho. No detener el daño tendrá graves impactos en la salud humana y los medios de vida, diezmando la rica biodiversidad y dejando al mundo más expuesto a las crisis climáticas y aún más desastres”, puntualizó.
Los incendios forestales en Brasil, en su mayoría en la selva amazónica, han batido récord en lo que va del año, con un total de 72 mil 843 focos, lo que se traduce en 83 por ciento más con respecto al mismo periodo de 2018, según datos actualizados del Instituto Nacional de Investigación Espacial (Inpe).
Hasta el martes 20 de agosto, el Inpe reportó un total de 72 mil 843 incendios en el país desde enero pasado, lo que indica la cifra más alta desde que la agencia de investigación espacial inició los registros en 2013.
La funcionaria reportó que el PNUMA está listo para trabajar con los Estados miembros, incluido Brasil, para responder a esta crisis actual y en apoyo de sus esfuerzos por cumplir los ambiciosos objetivos del Acuerdo de París.
“Brasil tiene una larga tradición de acción para proteger la Amazonía y continuaremos trabajando con el gobierno y el pueblo de Brasil, brindando la ciencia, las herramientas y las evaluaciones para guiar las políticas basadas en evidencia, convocando a los Estados Miembros para abordar los desafíos ambientales apremiantes y abogando por en nombre de la Amazonía y otros bosques de todo el mundo”, acotó.
“Instamos a los Estados Miembros a que se unan y tomen las medidas necesarias para extinguir los incendios en curso, evitar que se inicien nuevos incendios y proteger la Amazonía en beneficio de Brasil y el mundo, exhortó Andersen.
Brasil alberga el 60 por ciento de la selva amazónica, que es un regulador clave para los sistemas vivos del planeta y también para la tasa de lluvia del país. Sus árboles absorben alrededor de dos mil millones de toneladas de dióxido de carbono por año y liberan el 20 por ciento del oxígeno del planeta.
El territorio amazónico incluye parte de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guyana Francesa, en un área de 7.8 millones de kilómetros cuadrados, en el corazón de Sudamérica. Los bosques amazónicos cubren unos 5.3 millones de kilómetros cuadrados, 40 por ciento de la superficie mundial de bosques tropicales.