Querétaro, 13 marzo 2025.- (depositphotos) El proyecto del tren rápido México-Querétaro continúa avanzando en su fase de planeación, con importantes deliberaciones sobre la ubicación estratégica de sus estaciones.
En una reunión celebrada este jueves, el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, junto con el secretario de Gobierno, el secretario de Obras Públicas y los alcaldes de San Juan del Río y Querétaro capital, analizaron alternativas para la ubicación de las terminales ferroviarias, expresando reservas sobre la propuesta federal de instalar una estación cerca de la antigua terminal ferroviaria en el centro histórico.
Un proyecto con múltiples consideraciones
La posición del gobierno estatal es clara: si la Federación insiste en ubicar una estación en las proximidades del centro histórico de Querétaro, cerca de la antigua estación del tren, deberá asumir costos adicionales significativos en obras complementarias.
Esta advertencia refleja la complejidad urbanística que implicaría insertar una infraestructura de tal magnitud en una zona ya consolidada y con importantes restricciones de movilidad y patrimonio histórico.
"Sugerimos otras zonas, no tan lejos pero bien puesto. Se ha platicado, todavía no se ha tomado la decisión, comentaron unas partes de los que traen el proyecto en México y nosotros sabemos que todavía falta una reunión más para definir", explicó el gobernador Kuri, dejando entrever que las negociaciones continúan abiertas.

Propuestas alternativas con visión regional
Entre las alternativas que el gobierno estatal ha puesto sobre la mesa destacan dos ubicaciones estratégicas que podrían ofrecer mayores beneficios logísticos y menor impacto urbano:
1. Una estación en el municipio de San Juan del Río, que permitiría extender los beneficios del proyecto a esta importante ciudad industrial y comercial de Querétaro, descentralizando el impacto del tren y favoreciendo un desarrollo más equilibrado en el corredor industrial del estado.
2. Una terminal en el Aeropuerto Internacional de Querétaro (AIQ), lo que crearía un nodo intermodal estratégico, facilitando la conexión entre transporte aéreo y ferroviario, y potenciando la capacidad logística de la región.
Estas alternativas reflejan una visión más amplia del proyecto que trasciende el enfoque meramente turístico que, según el gobernador, parece prevalecer en la propuesta federal.
El dilema del Centro Histórico
El gobernador fue enfático al considerar "no viable" una estación en el centro de la capital, señalando que aunque la propuesta federal prioriza aspectos turísticos, existen mejores alternativas: "Ellos están tomando mucho el tema del turismo y tomando obras alternas que pudieran solucionarlo, creo que la otra puede ser mejor pero depende de ellos", aclaró Kuri.
Esta postura refleja una tensión conceptual entre dos visiones del proyecto: por un lado, la federal, que parece concebir el tren con un fuerte componente turístico que justificaría una terminal céntrica; por otro, la estatal, que parece privilegiar aspectos logísticos, de movilidad urbana y de integración regional más amplios.
Implicaciones urbanas y económicas
La ubicación de las estaciones del tren rápido no es una decisión menor. Determinará no solo los patrones de movilidad y desarrollo urbano en las próximas décadas, sino también la distribución de los beneficios económicos del proyecto.
Una estación céntrica podría revitalizar el centro histórico y beneficiar al sector turístico inmediato, pero también podría generar congestión y presiones sobre un tejido urbano ya saturado.
Por otro lado, las alternativas propuestas por el gobierno estatal podrían favorecer un desarrollo más equilibrado territorialmente, potenciar la conectividad intermodal y generar menos impactos negativos en términos de movilidad urbana, aunque quizás con menor atractivo turístico inmediato.
Un proceso de negociación abierto
Lo que queda claro del mensaje del gobernador es que las decisiones finales aún no están tomadas. El proceso de negociación entre los diferentes niveles de gobierno continúa abierto, con al menos una reunión más programada para definir estos aspectos cruciales del proyecto.
Esta dinámica colaborativa es fundamental para un proyecto de la envergadura del tren México-Querétaro, cuyo éxito dependerá en gran medida de la adecuada integración con los sistemas de movilidad locales y de su capacidad para potenciar, más que obstaculizar, el desarrollo urbano sostenible de las ciudades que conectará.
La postura del gobierno estatal, lejos de ser una simple oposición, parece orientada a enriquecer el proyecto con una visión más amplia y regional, que considere no solo los aspectos turísticos sino también los logísticos, ambientales y de desarrollo equilibrado del territorio queretano.


















