En una ceremonia celebrada en el Consejo de Administración Fiduciaria de Naciones Unidas (ONU), el pacto fue suscrito en representación de México por el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray.
México fue miembro del grupo central de cinco países que impulsaron las negociaciones entre la membresía de la ONU, un esfuerzo que tomó varios años y que ha sido celebrado por la sociedad internacional como un primer paso para restar legitimidad a ese tipo de armamento en el mundo.
Además, de los 51 países firmantes del tratado, tres Estados también depositaron este miércoles en la ONU los instrumentos de ratificación del acuerdo, Guyana, Tailanda y el Vaticano, que es observador ante Naciones Unidas.
El TPAN entraría en vigor una vez que 50 países lo ratifiquen. En ese sentido, la asistencia de este miércoles representa una señal de que este documento podría entrar en vigor en esta década.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó que el tratado es producto de una preocupación creciente por el riesgo que plantea la existencia de armas nucleares, incluidas las catastróficas consecuencias humanitarias y ambientales que supondría su uso.
"Hoy con razón celebramos un hito. Ahora debemos continuar por el duro camino hacia la eliminación de los arsenales nucleares. Esto requerirá diálogo, construcción de puentes y pasos prácticos", dijo Guterres durante la ceremonia.
La intención es lograr eventualmente la eliminación de las 15 mil ojivas nucleares, que, se calcula, están en poder de las nueve naciones con armamento nuclear: Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido, India, Pakistán, Israel y ahora Corea del Norte.
El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer, señaló que el TPAN reconoce las consecuencias catastróficas del uso de armas nucleares y las prohíbe ampliamente sobre la base del derecho internacional humanitario.
"El tratado por sí solo no hará desaparecer las armas nucleares de la noche a la mañana, Pero deslegitima su papel en el mundo actual y provoca un fuerte disuasivo para su proliferación, explicó Maurer durante la ceremonia.
La directora de la Campaña para la Abolición de las Armas Nucleares, Beatrice Fihn, dijo por su parte que las nucleares siguen siendo las únicas armas de destrucción masiva aún no prohibidas a pesar de su inmenso poder destructivo y de la amenaza que representan para la humanidad.
Mientras tanto, Setsuko Thurlow, sobreviviente del atentado atómico de Hiroshima en 1945, aseguró que el tratado es el comienzo del fin de las armas nucleares. Continuó: "Para aquellos de nosostros que hemos sobrevivido al uso de las armas nucleares, este tratado nos da esperanza".