Rugby en Argentina deja a 19 jugadores parapléjicos en dos décadas

26 de Enero de 2016
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Buenos Aires, 26 Ene (Notimex).- La Unión Argentina de Rugby reforzó durante los últimos años la atención a los jugadores lesionados, después que a lo largo de dos décadas 19 de ellos quedaran parapléjicos debido a los violentos choques que suelen darse en la cancha.

El rugby masculino es un deporte popular en el país sudamericano y el más desarrollado de la región, lo que ha permitido que su selección nacional, conocida como “Los Pumas”, brille en campeonatos internacionales.

Sin embargo, uno de los capítulos más oscuros de este deporte es el de las lesiones que suelen sufrir los jugadores, muchos de los cuales incluso han encontrado la muerte en las canchas.

A fines de 2014, la Unión Argentina de Rugby creó el Consejo de la Fundación Argentina de Rugby que se dedica a apoyar a los jugadores con lesiones graves dentro de un terreno de juego para que puedan tener una calidad de vida digna.

También administra un fondo solidario y elabora programas de prevención y capacitación en los clubes más necesitados del país para minimizar los riesgos de lesiones.

Como gerente de la Fundación fue designado Ignacio Rizzi, un exjugador que sufrió una lesión cervical en 1990 y que creó una asociación que logró atender a 19 jugadores que quedaron parapléjicos en 20 años.

Cuando asumió, Rizzi explicó que la Fundación creada por la Unión Argentina de Rugby permitiría continuar los proyectos de la asociación “que armamos hace tanto tiempo y que trabajó incansablemente para ayudar a los lesionados graves en su reinserción y en su adaptación a los cambios de vida que nos tocaron”.

El debate sobre los riesgos que padecen los jugadores de rugby resurgen cada tanto, sobre todo cuando se conocen casos como el de Juan Cruz Migliore, quien en 2008 murió por asfixia dentro de la cancha cuando cinco rivales se abalanzaron sobre él.

En mayo de 2011, Diego Serral, de 39 años, murió casi una hora después de disputar un partido de rugby, mientras que dos años más tarde, Mateo Uriburu, de 17 años, murió por una arritmia en medio de una gira por Sudáfrica.

Juan Gastaldi, de sólo 20 años, sufrió una grave lesión cervical durante una jugada en agosto del año pasado, pero más trágica aún fue la historia de Carlos Núñez, un jugador de 40 años que en septiembre sufrió muerte súbita poco antes de terminar un partido.

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