San Juan del Río, 24 Oct 2024.- (depositphotos) El cempasúchil, también conocida como “flor de muerto”, es un símbolo fundamental en la celebración del Día de Muertos en México.
Esta flor, de un color amarillo o naranja brillante, es usada tradicionalmente para adornar altares y marcar caminos que, según la creencia, guían a los espíritus de los difuntos desde el más allá hacia las ofrendas preparadas por sus seres queridos.
Con un origen que se remonta a las culturas prehispánicas, el cempasúchil tiene un profundo significado espiritual. Su nombre proviene del náhuatl cempoalxóchitl, que significa “veinte flores”, en alusión a la gran cantidad de pétalos que posee. Para los mexicas, su color simbolizaba el sol, considerado un elemento esencial en el ciclo de vida y muerte.
Durante el Día de Muertos, se cree que el aroma del cempasúchil ayuda a las almas a encontrar el camino de regreso al mundo de los vivos. Los pétalos de la flor se esparcen en forma de senderos y adornan los altares como una ofrenda que honra la memoria de los seres queridos que han partido.
Además de su función espiritual, la flor de cempasúchil también es un recordatorio de la transitoriedad de la vida. Al marchitarse, sus pétalos simbolizan el ciclo eterno de la vida y la muerte, un tema central en las festividades del 1 y 2 de noviembre.
La recolección y comercialización de esta flor también tiene un impacto económico en varias regiones de México, especialmente en estados como Puebla y Morelos, donde las comunidades agrícolas se preparan durante meses para satisfacer la alta demanda de esta flor en la temporada de Día de Muertos.
El cempasúchil no solo decora las calles y hogares mexicanos, sino que encarna una conexión entre lo espiritual y lo terrenal, consolidándose como un símbolo perdurable de la celebración del Día de Muertos.