En el estudio, la Universidad de Cambridge, en colaboración con el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá, observó el cortejo y secuenció el ADN de casi 300 mariposas de dos especies diferentes que viven a ambos lados de las montañas de los Andes en Colombia.
“Lo que encontramos fue sorprendentemente simple: tres regiones del genoma explican gran parte de sus comportamientos; hay una pequeña región del genoma que tiene algunos efectos muy grandes”, señaló Chris Jiggins, uno de los autores principales del artículo.
Los machos fueron introducidos a mariposas hembras de dos especies y fueron calificados por sus niveles de interés sexual dirigidos a cada una.
El estudio explica que a diferencia de varias mariposas que usan señales químicas perfumadas para identificar a una pareja, las heliconianos emplean su visión de largo alcance para ubicar a las hembras.
De acuerdo con la Universidad de Cambridge, cuando se introdujo un híbrido entre las dos especies, el macho por lo general mostró una preferencia por una mariposa con marcas similares a sí mismo.
La investigación, reveló, que la misma área del genoma que controla la coloración de las alas es responsable de definir una preferencia sexual para esos mismos patrones de alas.
“Esto explica por qué las mariposas híbridas son tan raras: existe una fuerte preferencia genética por parejas similares que en su mayoría detiene la reproducción entre especies”, señaló Richard Merrill, uno de los autores del artículo.