Hoy por hoy el mundo funciona como un gran mercado, donde todo se pacta desde el poder, adueñándose de las conciencias, con abecedarios falsos y espíritu egoísta, con lenguajes estériles y necias músicas, con expresiones que nos oprimen en lugar de activarnos a la recreación, con acciones interesadas en vez de esperanzadoras acciones colectivas