Entrevistada en la calle de Donceles, la bióloga Adriana Celada comentó que conejos, ratones, ratas, aves, monos y perros son utilizados para esos experimentos que, dijo, les provocan tumoraciones, salpullido, sangrado ocular o en órganos internos hasta por los dos años que generalmente duran.
Más adelante Alessandra Rojo de la Vega Piccolo, líder del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en el Congreso local, explicó a los representantes de la prensa que permanecían afuera del recinto que se busca prohibir la comercialización, distribución y uso de productos cosméticos que carezcan de la certificación de que están libres de experimentación y pruebas con animales.
“La iniciativa consiste en prohibir el testeo animal y que se exporte o comercialice esa mercancía; es increíble que en esta ciudad las autoridades obliguen a las empresas a probar en animales y si no, las cierran", indicó.
La diputada local detalló que la iniciativa que poco después se presentó al pleno y turnó a la Comisión de Medio Ambiente prevé sanciones de entre 150 mil y 250 mil pesos para los laboratorios que incumplan con las disposiciones.
En las modificaciones que se realizarían a la Ley General de Salud de la Ciudad de México se plantea que las alcaldías sean las responsables de supervisar que los laboratorios no realicen prácticas de esa naturaleza en sus laboratorios.
“Creo que cuando se trata del bienestar de los animales ya hay conciencia en la sociedad. No lo estamos inventando, pues hay una exigencia de la sociedad para que se deje de lastimar a los animales, urgen esas dictaminaciones”, dijo.
Según el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, en la Ciudad de México operan 22 fábricas de químicos que incluyen cosméticos, 106 de jabones, limpiadores y dentífricos, y 99 de cosméticos, perfumes y otras preparaciones para tocador.