A partir de este día los católicos comienzan un ayuno, es decir, se abstienen de comer carne en la mayoría de los casos, además de que asisten a la Iglesia para que se les ponga la ceniza.La ceniza se obtiene de la quema de las ramas de olivo del Domingo de Ramos anterior, para posteriormente ser bendecidas y colocadas en la frente de los fieles, mientras que el sacerdote pronuncia: “recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás”.
Dentro de la ceremonia los sacerdotes recitan una oración, momento en el que los fieles toma conciencia del significado de este día, simbolizando la destrucción de los errores del año anterior, al ser quemados.
“Porque todos nosotros, judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos recibido un Espíritu en el bautizo, a fin de formar un solo cuerpo; y también todos participamos del mismo espíritu”, precisó el sacerdote, Alonso Montero Ricardez.
Durante la cuaresma la Iglesia marca que en estos días la abstinencia de carne se puede suplir por obras de caridad, de piedad o por un sacrificio.
Muchos de los católicos tienen la costumbre de dejar la ceniza en su frente hasta el día siguiente, pues representa la conciencia de la nada, la muerte y la caducidad del ser humano y la humanidad de cada uno de ellos.
