La nueva versión del grafiti está inspirada en el movimiento muralista y en el sentido de pertenencia a las raíces y cultura indígena, señaló la especialista del Departamento de Cultura y Sociedad del Colegio de la Frontera Sur, Tania Cruz Salazar.
En entrevista con Notimex, explicó que se trata de una expresión de surgimiento relativamente reciente en México y aunque en todos los estados de la región hay cierta presencia, son Chiapas y Yucatán las entidades que albergan más grupos o “crews” de artistas callejeros.
Una de las influencias de esta nueva forma de ilustrar paredes fue el movimiento zapatista que surgió en Chiapas en 1994, el cual inspiró una buena cantidad de grafitis en las llamadas “comunidades zapatistas”, muchos de los cuales se preservan hasta la fecha.
Cruz Salazar consideró que el fenómeno destaca como un momento importante del grafiti no vandálico, pues es llamativo, policromático o colorido, y sus autores pretenden conectarse con el entorno y sus raíces ancestrales a través de sus pinturas.
“Forma parte de esa escuela que se desprendió del grafiti trasgresor monocromático que surgió en las calles de Nueva York en los años 80 y se extendió a México por el paso fronterizo en Tijuana. De ahí se ha expandido a todo el territorio mexicano”, expuso.
Y continuó: “Quienes forman parte de este movimiento buscan una conexión emotiva con su comunidad o barrio a través de la imagen, de las emociones que pueden generar las imágenes”.
Añadió que se trata de un momento importante en el movimiento del grafiti mexicano, ya que empieza a atraer nuevas generaciones de artistas y a muchos jóvenes que encuentran en la pintura una forma de arraigar su sentido de pertenencia.
“La migración –dijo– es otro factor que ha inspirado a muchos jóvenes a incursionar en el grafiti. Gente que dejó sus comunidades para buscar empleo en Estados Unidos, han conocido de cerca los grafitis que realizan los crews originarios y que también reflejan un gran sentido de pertenencia y añoranza al origen y las raíces”.
La especialista del Colegio de la Frontera Sur espera que este nuevo movimiento tenga un mayor respaldo y apoyo para su promoción y consolidación como forma de expresión social, pues aún hay ciertos sectores de la sociedad que relacionan el grafiti con las pandillas y el vandalismo.
Sobre este punto, la muralista e integrante del colectivo World Art Destinations con sede en Cancún, Quintana Roo, Liz Rashell, comentó que afortunadamente para el gremio de grafiteros y muralistas, muchas marcas mundiales empiezan a usar esta expresión artística como un medio para promocionarse.
“Hablamos de marcas que han encontrado en esta expresión callejera y en el muralismo una forma de promocionarse y llegar a la gente con un impacto visual muy significativo”, precisó.
La artista con más de cinco años en el muralismo, coincidió en que el grafiti pasa por un buen momento en esta región del país y la gente empieza a cambiar paulatinamente su percepción, pues empieza a reconocer que no sólo se trata de rayar vidrios o hacer pintas en paredes.
“No puedo hablar de un tema netamente indigenista, pues mi trabajo y el del colectivo está enfocado más en otros temas, pero sin duda en esta región ya se le ve mejor al grafiti y a los artistas urbanos. Cada vez se observan más bardas y murales llenar de color”, dijo. Por Tomás Martín. Corresponsal