Querétaro, 5 abril 2024.- El cáncer de pulmón, identificado como la cuarta causa de muerte por cáncer en México y séptimo en incidencia de tumores malignos, cobra la vida de aproximadamente ocho mil mexicanos cada año, según datos de la Clínica de Tumores Torácicos del Instituto Nacional de Cancerología (INCan).
A pesar de su alta mortalidad, es notable por ser altamente prevenible, con el tabaquismo señalado como el principal factor de riesgo.
La oncóloga médica, doctora Lucía Tellez Campos, destaca la gravedad de esta enfermedad a nivel global, con 2.2 millones de nuevos casos anuales y una mortalidad cercana a los 1.7 millones.
En respuesta a esta crisis de salud, México instituyó el 5 de abril como Día Nacional del Cáncer de Pulmón en 2018, una iniciativa promulgada en el Diario Oficial de la Federación para fomentar la concienciación sobre los riesgos y promover estrategias de prevención efectivas.
El cáncer de pulmón se desarrolla a partir de la proliferación descontrolada de células en los pulmones, esenciales para la función respiratoria.
Los síntomas, que suelen manifestarse en fases avanzadas, incluyen tos persistente, presencia de sangre al toser, pérdida de peso inexplicable, dolor torácico, dificultad respiratoria y fatiga crónica. La detección precoz es crucial para mejorar las tasas de supervivencia.
La prevención juega un papel fundamental en la lucha contra el cáncer de pulmón. Dejar de fumar y evitar la exposición al humo del tabaco son medidas prioritarias, dada la vinculación directa del tabaquismo con el desarrollo de la enfermedad.
Asimismo, se aconseja protegerse de carcinógenos en entornos laborales y adoptar hábitos de vida saludables, como una dieta equilibrada y ejercicio regular, para fortalecer el sistema inmunológico.
En el marco del Día Nacional del Cáncer de Pulmón, se insta a la población a someterse a revisiones médicas periódicas que permitan una detección temprana de la enfermedad, facilitando intervenciones oportunas y mejorando las perspectivas de tratamiento.
La educación y la adopción de estilos de vida saludables son herramientas clave en el combate contra esta enfermedad prevenible pero mortal.