San Juan del Río, 24 junio 2023.- San Juan del Río, uno de los municipios más antiguos y ricos de México, ha sido testigo de siglos de desarrollo, lucha y crecimiento. Fundado en el año 1531 por el conquistador español Fernando de Tapia, también conocido como Conín, la historia de este municipio está impregnada de valentía, resiliencia y evolución.
El nombre de San Juan del Río se deriva de dos fuentes. 'San Juan' se atribuye a Juan Bautista, el santo bautizado en el cristianismo y 'del Río' se refiere al río que atraviesa la ciudad.
Originalmente habitada por grupos indígenas Pame y Otomí, el asentamiento fue elegido por sus tierras fértiles y su ubicación estratégica junto al río.
A lo largo de los siglos XVI y XVII, San Juan del Río fue escenario de numerosos levantamientos indígenas y conflictos religiosos, que pusieron a prueba la resistencia y el coraje de sus habitantes.
Durante la guerra de Independencia en el siglo XIX, la ciudad jugó un papel fundamental, al ser un importante punto de abastecimiento para las tropas insurgentes.
La llegada del ferrocarril en la segunda mitad del siglo XIX marcó un hito en la historia de San Juan del Río, impulsando su crecimiento económico y convirtiéndola en un centro comercial y de comunicaciones de vital importancia.
Esta era también trajo consigo un gran florecimiento cultural y arquitectónico, cuyos testimonios son visibles hoy en día en el patrimonio arquitectónico de la ciudad.
El siglo XX y XXI han visto un San Juan del Río moderno y en constante evolución. La ciudad ha mantenido su carácter tradicional, pero se ha modernizado, incorporando infraestructuras y servicios de vanguardia.
Ha sido protagonista de eventos de importancia nacional y ha continuado aportando al desarrollo cultural, económico y social del estado de Querétaro y de México.
Hoy en día, San Juan del Río es el segundo municipio más importante del estado de Querétaro, reconocido por su pujante economía basada en la agricultura, la industria y el comercio, su riqueza cultural, y su patrimonio histórico.
Pero más allá de sus logros y su historia, San Juan del Río es un testimonio del espíritu resiliente de su gente, que ha sabido adaptarse y prosperar a través de los siglos, conservando su herencia y su identidad, mientras se abre camino hacia el futuro.