Prevención, principal factor para evitar enfermedades renales

12 de Marzo de 2018
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Guadalajara, Jalisco. 12 de marzo de 2018.- Las enfermedades renales son de los padecimientos más agresivos y no suelen ser detectadas a tiempo, por lo que los tratamientos usados en etapas más avanzadas de la enfermedad se enfocan en diálisis peritoneal, hemodiálisis o trasplante.

El Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) detalla en su informe de 2017 que en el país casi 13 mil personas están en espera de un trasplante de riñón, y de ese total, tres mil 400 se localizan en Jalisco. Para evitar llegar a esa etapa, especialistas coinciden en que debe fomentarse la prevención de estos padecimientos.

El doctor Alfonso Cueto Manzano, jefe de la Unidad de Investigación Médica en Enfermedades Renales del Hospital de Especialidades Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO), señala que el problema de insuficiencia renal es una de las primeras causas de muerte y de años de vida perdidos, además de que muchas veces causa incapacidad en el paciente.

Cuando un paciente se encuentra en etapa avanzada, agrega, no queda más remedio que recurrir a procedimientos de reemplazo renal, que consisten en diálisis peritoneal, hemodiálisis o trasplante de riñón; no obstante, esta última alternativa no cuenta con todas las facilidades para realizarla debido a la falta de órganos para los trasplantes y a la falta de cultura de donación.

Con el fin de evitar ese camino, el doctor Cueto Manzano menciona que los trabajos en el sector salud deben centrarse en la prevención de estas enfermedades y los factores de riesgo, ya que asegura que en el país uno por ciento de los derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) está en algún proceso de reemplazo renal y la institución destina 10 por ciento de su presupuesto en el tratamiento de estos pacientes, lo que proporcionalmente lo convierte en uno de los procedimientos más costosos para la institución.
“Tenemos que enfocarnos en controlar estas enfermedades o estos factores de riesgo y también en la prevención. Si nos centramos en tratar en etapas avanzadas cuando el paciente ya tiene insuficiencia renal, con trasplante o diálisis, el tratamiento es muy caro”.

Para prevenir este tipo de padecimientos, el también presidente de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión (SLANH) menciona que debe existir un hábito de cuidados que inician desde los primeros niveles de atención médica, como en las Unidades de Medicina Familiar, donde pueden detectarse a tiempo los riesgos de padecer estas enfermedades, que son tratadas dependiendo de sus cinco etapas de avance.

“El tratamiento evidentemente es diferente en cada etapa y donde es más efectivo, porque puede evitar que progrese la enfermedad renal crónica y avance a las etapas más extremas, es en las etapas iniciales, la 1 y 2, ahí se puede hacer mucho todavía con tratamientos farmacológicos o no farmacológicos, que tienen que ver con un estilo de vida”.

A su vez, Roxana Márquez Herrera, nutrióloga y doctoranda de ciencias de la salud pública en la Universidad de Guadalajara (UdeG), apuesta también por la prevención y detalla que en una investigación realizada por su grupo para detectar de manera temprana el daño renal en población de alto riesgo (personas con diabetes), encontraron que 70 por ciento de los analizados tenía algún tipo de daño por enfermedad renal crónica y lo desconocía.

“Eran pacientes que iban a consultas periódicas con su médico familiar; sin embargo, no se habían revisado la función del riñón. Estamos hablando que casi 70 por ciento de los casos tan solo por diabetes se hubiera podido prevenir si hubieran hecho su evaluación de la función renal como es recomendado”.

Para prevenir malestares renales, Márquez Herrera también recomienda evitar el sedentarismo y no automedicarse con fármacos como los antiinflamatorios no esteroideos, como diclofenaco o naproxeno, que aunque en dosis pequeñas no tienen efectos negativos mayores, el exceso en el consumo es perjudicial para los riñones.

Jalisco, contrastes en enfermedades del riñón
El doctor Cueto Manzano, miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), detalla que Jalisco presenta un escenario poco alentador en estas enfermedades. Menciona que en 2015 el estado se ubicaba en el tercer lugar mundial en incidencia de insuficiencia renal, es decir, en pacientes nuevos en etapa de reemplazo renal, con 411 casos por cada millón de habitantes.

En su informe de enero a junio de 2017, el Centro Nacional de Trasplantes determinó que en México existía una necesidad de 12 mil 977 riñones para trasplante; en el documento, se ubicaba a Jalisco como el estado con más personas en lista de espera por un órgano, con tres mil 401 pacientes en espera.

El documento coloca a Jalisco en primer lugar en este rubro, seguido de Ciudad de México (dos mil 466), Guanajuato (mil 472) y Puebla (mil 136).

Ante este panorama, el informe del Cenatra también detalla que Jalisco es la entidad que más trasplantes de riñón realizó en el periodo enero a junio de 2017, con un total de 294 operaciones de este tipo, con dos hospitales jaliscienses entre las primeras 10 instituciones médicas en practicar estos trasplantes renales con donadores vivos.

En este rubro, entre enero y junio de 2017 el Hospital de Especialidades del CMNO registró un total de 127 trasplantes de donador vivo, mientras que el Centro Médico Puerta de Hierro Sur, una institución privada, realizó 49 operaciones. En el caso de donantes fallecidos, el Hospital de Especialidades se ubica en el lugar ocho con 15 trasplantes durante ese periodo.
“En los últimos 15 años el Hospital de Especialidades es la institución que más trasplantes de riñón realiza en el país, va creciendo cada año, por ejemplo en los últimos tres años se realizaron alrededor de 350 trasplantes a pacientes al año”.

Actualmente el Hospital de Especialidades del CMNO, localizado en Guadalajara, tiene un registro total de 434 trasplantes de riñón durante todo 2017, comparte el doctor Cueto Manzano.

Personal más capacitado
Para ayudar a más personas a prevenir enfermedades renales, es necesario contar con más especialistas de varias áreas médicas. Con este fin, Roxana Márquez trabaja en una tesis doctoral para determinar estrategias educativas para mejorar la competencia clínica de los nutriólogos y así puedan detectar y dar tratamiento temprano a estas enfermedades.

“En la formación de pregrado son tantas las materias que a veces no logramos especializarnos en el tratamiento de una sola enfermedad y salimos deficientes para saber tratar a los pacientes con enfermedad renal crónica de forma temprana”.

Roxana Márquez menciona que trabaja en la observación de los perfiles de nutriólogos para determinar si aquellos que cuentan con mejor competencia clínica al recibir una capacitación tienen mejores resultados con los pacientes.

El doctor Cueto Manzano añade que desde la Unidad de Investigación Médica en Enfermedades Renales se busca contar con especialistas de varias áreas de la salud que tengan una capacitación para asesorar y dar tratamiento a personas con enfermedades renales.

“Nos dimos a la tarea de capacitar a este personal de primer nivel de atención y trabajando nos hemos dado cuenta que con cursos presenciales y en línea las competencias de este personal multidisciplinario, enfermeras, médicos, nutriólogos, y su conocimiento y percepción de esta enfermedad mejoraban con estos cursos y eran capaces de detectar de manera correcta la enfermedad y de tratarla de manera efectiva desde cada una de sus profesiones”.

Comer bien para evitar males renales
El doctor Cueto Manzano señala que los principales factores de riesgo para padecer enfermedades renales en México están vinculados con enfermedades crónicas no transmisibles, como la obesidad, la hipertensión y la diabetes, que desencadenan en un rendimiento no óptimo de los riñones.

“Las enfermedades crónicas no transmisibles van en aumento cada vez más. La principal causa de enfermedades renales en México y el mundo es la diabetes mellitus, que causa que ingresen a diálisis seis de cada 10 pacientes cada año”.

Roxana Márquez, miembro de la Unidad de Investigación Médica en Enfermedades Renales del CMNO, menciona que además existen otros factores de riesgo para desarrollar estas enfermedades, como la hipertensión o haber presentado bajo peso al momento de nacer. Factores como estos desencadenan en malestares renales, por lo que ella trabaja en la prevención de estas desde la nutrición.
“En nutrición nos importa que el paciente tenga una dieta saludable, es decir, que incluya suficientes frutas y verduras, que no haya exceso en consumo de carne o alimentos procesados o con sal, que haya un adecuado consumo de agua y que con esas dietas saludables puedan tener un peso sano”.

La investigadora relaciona los malos hábitos alimenticios y el desarrollo de enfermedades renales con el efecto dominó, y asegura que una dieta no saludable puede generar padecimientos como la obesidad, que eventualmente predispone otros malestares como la diabetes y la hipertensión, que tienden a facilitar el desarrollo de enfermedades renales.

Para evitar llegar a esas enfermedades, Roxana Márquez señala que hay hábitos de alimentación sencillos que los pacientes pueden seguir. Por ejemplo, recomienda consumir entre tres y cinco porciones de frutas y verduras al día, entre 1.5 y dos litros de agua y limitar la ingesta de carne a dos o tres veces a la semana, así como evitar los alimentos enlatados y procesados por su alto contenido de sodio.

La nutrióloga señala que entre los principales hábitos de mala alimentación se encuentra la ingesta excesiva de proteínas y sodio. La especialista menciona que lo recomendable es consumir entre 0.8 y 1.2 gramos de proteína por cada kilo de peso; no obstante, hay un promedio de consumo de entre 1.4 y dos gramos por kilo.

En el caso del sodio, se recomienda ingerir menos de mil 500 miligramos al día, pero el consumo en promedio es de seis mil miligramos. La especialista asegura que a los pacientes con enfermedades renales en etapas tempranas se les sugiere llevar una dieta adecuada para mantener equilibrados los niveles de glucosa y nivel arterial.

Si el paciente se encuentra en una etapa más avanzada, se sigue la misma ruta, pero se recomienda una mayor restricción de proteína, y en caso de que deba tratarse el daño renal pueden optar por procedimientos para equilibrar los minerales en la sangre.