Desde muy temprano, los principales centros comerciales y calles del centro de la Ciudad de México comenzaron a registrar una afluencia extraordinaria de personas en busca de productos que puedan intercambiar entre familiares y amigos en el marco de la Navidad, además de la vestimenta que usarán para la celebración.
Sin importar la distancia, padres de familia, niños y jóvenes comienzan a abarrotar los puntos comerciales de la capital del país, y conforme transcurren las horas se vuelve más complicado trasladarse en auto por las principales avenidas de la ciudad, encontrar estacionamiento, o comparar precios de los artículos ante la aglomeración de compradores.
En un sondeo realizado por las principales tiendas de ropa que se sitúan en la calle de Madero en el Centro Histórico de la capital se puede observar filas de más 10 personas a la espera del cobro en las cajas.
Misma situación que se presenta en cajas de tiendas departamentales ancla de los grandes centros comerciales y de autoservicio.
Paola Enríquez, una recepcionista de un grupo hospitalario, quien vive en el municipio de Ecatepec, dijo que decidió trasladarse a la Ciudad de México a realizar las últimas compras de Navidad, en un centro comercial, porque en éste existe una variedad de tiendas.
La también madre de familia aseguró que gastará aproximadamente entre tres y cinco mil pesos, sólo en artículos personales de sus consanguíneos y de regalos para familiares, cantidad que dijo es adicional al gasto de la cena de Navidad en la cual aseveró podría llegar a destinar hasta otros dos mil 500 pesos.
“Hace unos días con los vales del trabajo compre los principales ingredientes de la cena, sin embargo casi siempre un día antes cambiamos de parecer y agregamos otro platillo, además de que las cantidades son mayores porque vamos a convivir a casa de mi suegra y con mis cuñados y sus hijos, y debe quedar para el recalentado”, refirió.
Comentó que si bien la búsqueda y espera para liquidar lo que necesita es larga, programó sus tiempos para evitar comprar de manera impulsiva, pero admitió que en algunas de las tiendas que visitó previamente, los productos de su preferencia se agotaron, por lo que ahora tendrá que replantear lo que obsequiará.