Tras su victoria, López Obrador prometió tasas de crecimiento del 4 % del PIB, pero ya antes de comenzar la pandemia los indicadores macroeconómicos estaban muy lejos de acercarse a las expectativas a lo que se une la pérdida general de confianza entre los inversores por las controvertidas decisiones del Gobierno.
Los indicadores "son muy malos", opina Edmar Lezama, coordinador del Programa Único de Especializaciones en Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
"La pandemia es una catástrofe para ellos (el Gobierno), pero no lo veo como el único factor que les jugó en contra, ellos mismos habían tomado malas decisiones ¿Y eso cómo empata en lo que había prometido? Se queda lejos", explica Lezama en entrevista con Efe.
Por la crisis de la COVID-19, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé una contracción de hasta un 10,5 % de la economía mexicana.
Pero el profesor de la UNAM recuerda que ya en el primer año de la Presidencia de López Obrador la economía había caído un 0,3 %, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
"En términos globales diría que es mala, no solamente por la cifras que se ven hoy, que son complicadas, sino por las que ya había en meses anteriores", opinó el académico.
INCERTIDUMBRE
En su discurso de victoria de hace dos años, López Obrador advirtió de "cambios profundos", pero "con apego al orden legal establecido".
"En materia económica, se respetará la autonomía del Banco de México, el nuevo Gobierno mantendrá disciplina financiera y fiscal, se reconocerán los compromisos contraídos con empresas y bancos nacionales y extranjeros", prometió.
Sin embargo, cuando todavía no había asumido la Presidencia, López Obrador organizó en octubre de 2018 una consulta con la que justificó la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).
Ya como jefe de Estado, frenó en marzo pasado la construcción de una cervecería de Constellation Brands con otra consulta.
El ambiente de inversión "es un poco incierto, ya que a veces se le ha dado un freno a ciertas inversiones extranjeras, sin tener muy claras las razones", indica Lezama.
CHOQUE ENERGÉTICO
El cambio de paradigma económico es más evidente en la política energética, expone Alejandro Saldaña, economista en jefe del grupo financiero Ve por Más (Bx+), en entrevista con Efe.
"Un punto importante es darle respeto a los contratos y a las reglas del juego que se establecieron anteriormente. Creo que esto es uno de los elementos que en algunos sectores, como el energético, han generado cierta preocupación a nivel empresarial", detalla.
Como ejemplo, están el acuerdo del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) y la política de la Secretaría de Energía (Sener) con las que el Gobierno limita la generación de energías renovables de los privados para dar prioridad a la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE).
También está la suspensión de una nueva planta de ciclo combinado de Iberdrola que traería 1.200 millones de dólares de inversión en el oriental estado de Veracruz.
"Los contratos del sector energético suscritos con particulares serán revisados para prevenir actos de corrupción o ilegalidad", advirtió López Obrador la noche de su triunfo.
DIFÍCIL RECUPERACIÓN
De la promesa del 4 % de crecimiento anual, ahora López Obrador tendrá que retornar el PIB a niveles previos a su llegada.
"En los años subsecuentes estamos proyectando tasas de crecimiento por debajo del 2 %, con lo que la economía tardaría más de tres años en recuperar los niveles que se veían antes de esta crisis", afirma el economista de Bx+.
El mandatario, que proclamó "por el bien de todos, primero los pobres", también deberá recuperar el millón de empleos formales perdidos por la pandemia, de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Con la crisis, hasta 10,7 millones de personas caerán en la pobreza extrema por ingresos, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
El Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC) estima un total de 68,5 millones de mexicanos con pobreza de ingresos en 2020.
Para aliviar estos problemas, López Obrador presume del nuevo Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), y sus proyectos emblemáticos de infraestructura, como el Tren Maya, la Refinería Dos Bocas, el Corredor Transístmico y el nuevo Aeropuerto Felipe Ángeles.
Pero sin una reforma fiscal ni un paquete económico para superar la crisis de la COVID-19, los analistas ven difícil una recuperación.
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"No creo que tengan el impacto que el Estado mexicano está considerando", concluye Lezama.