Querétaro, 11 Nov 2021.- Tras el anuncio de la construcción del Acueducto III, para abastecer de agua a la zona metropolitana de Querétaro, diversos ambientalistas han mostrado su preocupación de que esta obra no pueda solventar el problema de escases del líquido que se vive desde hace algunos años para diversas colonias.
Claudia Romero Herrera, responsable de Bajo Tierra Museo del Agua, explicó que estos acueductos son soluciones a corto plazo y comprometen la visión sustentable de Querétaro, pues se desvían cauces naturales para surtir de agua a la población dañando las recargas naturales de los mantos acuíferos.
´Los mantos acuíferos de Querétaro ya están sobreexplotados, esto puede generar un desequilibrio ecológico porque generas deuda de recursos, no sólo en las zonas de donde se extrae el agua sino donde pasa, pues hay también asentamientos que pueden quedarse sin el líquido’, acotó.
Por su parte, Pamela Siruob Carvajal, académica en temas de cambio climático, consideró que este tipo de obras deben ser consultadas con la ciudadanía y establecerse dentro de los programas estatales de desarrollo que se están discutiendo actualmente, para evitar obras que dañen al ambiente por decreto político.
‘Se deben de escuchar otras voces, no nada más las de los consultores selectos que están proponiendo obras gigantescas y costosas que quizá embarquen a nuestro estado en préstamos que no debemos de tener porque los estaríamos pagando todos nosotros’, acotó.
En este sentido, Romero Herrera recordó que el costo económico no sólo sería para la construcción, sino para el mantenimiento de la obra por posibles desperfectos, fallas o fugas de agua que también generarían pérdidas económicas en el recurso estatal destinado para la obra.
De acuerdo con el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri González, el presupuesto destinado para este proyecto rondaría entre los 6 mil y 12 mil millones de pesos, lo cual entraría dentro del recurso destinado para infraestructura estatal.
El director local de la CONAGUA, Raúl Medina Díaz, detalló que dicha obra tomaría el agua de la Presa Zimapán (como ocurre actualmente con el Acueducto II); cabe recordar que durante la temporada de lluvias hubo cortes en el servicio a causa del desfogue de esta presa.