Dijo que hace tres años, el museo se encontraba en una situación deplorable, sin un museográfico, lo que permitía que la gente no respetara el lugar, al punto de ultrajar algunas lápidas.
“Antes, el Museo de la Muerte, cuando nos lo entregaron estaba en una situación deplorable, casi como bodega de escombros, no tenía un museográfico, y se permitía que la gente hiciera lo que quisiera, teniendo lápidas quebradas, movidas de lugar y sin un acervo de la sala museográfico”.
Señaló que en el 2016, se realizó la restauración y adecuación, tanto de información, como de acervo arqueológico, por lo que áreas como Servicio Municipales y Desarrollo Urbano, arreglaron de modo que se permitiera unificar y abrirlo de forma digna.
Sáenz Bárcenas indicó que gracias a que San Juan del Río tiene diversas zonas arqueológicas, permite contar con un acervo que el Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH) tiene registro, por lo que más piezas fueron instaladas en el Museo de la Muerte.
Abundó que este lugar representa ritos mortuorios a partir de la época prehispánica hasta la colonia, y que se resguardan entierros, principalmente en el área de la sala museográfica.
Especificó que hoy en día, el Museo de la Muerte abre todos los días de 10 de la mañana a 6 de la tarde, y que el mantenimiento se hace a la par, antes de abrir o después del cierre.
“Más que nada era limpiarlo, ordenarlo y ponerle información para que la gente lo conozca, y varias piezas que tenemos en resguardo son de entierros prehispánicos; el Museo de la Muerte representa ritos mortuorios y es una referencia a nivel nacional”, concluyó.