Kinshasa, 24 may (EFE).- La alerta decretada este sábado en Goma, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), tras la erupción del volcán Nyiragongo se mantuvo hoy porque aún hay temblores de tierra, mientras muchos habitantes de la urbe hallaron sus casas destruidas y se exponen a la intoxicación de los gases.
"El peligro es permanente. Nuestros equipos sensibilizan por las emisoras de radio a la población para que permanezca vigilante", explicó hoy vía telefónica a Efe el vulcanólogo Celestin Kasereka Mahinda, el director científico del Observatorio Vulcanológico de Goma, urbe situada a unos 20 kilómetros del volcán.
La vida regresó este lunes tímidamente a la capital de la provincia de Kivu del Norte: los mercados y algunas tiendas han abierto sus puertas y el transporte público se ha puesto en marcha de nuevo en un intento de recobrar la normalidad.
La ciudad, sin embargo, experimenta movimientos sísmicos constantemente que se notan también en Ruanda, cuya frontera está muy cerca, lo que ha llevado a las autoridades provinciales a cerrar los colegios y el aeropuerto de manera temporal.
Tras un vuelo de reconocimiento esta mañana junto a la Misión de las Naciones Unidas en la RDC (MONUSCO), Mahinda lamentó que "no pudieron ver el interior del cráter del volcán, lo que hubiera permitido valorar dos hipótesis: si hubiera lava en el cráter significaría que los temblores equivalen a una nueva actividad del volcán; en caso contrario, los temblores significarían que la tierra está recuperando su equilibrio".
DESTRUCCIÓN DE HOGARES E INFRAESTRUCTURAS
El portavoz sobre el terreno de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR), Riu Alberto Oliveira, aseguró a Efe por teléfono que "la mayoría de personas que huyeron hacia Ruanda y al oeste, a la ciudad de Sake, han vuelto".
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), más de 5.000 personas cruzaron la frontera hacia Ruanda la noche del sábado -el Ministerio de Gestión de Emergencias ruandés apuntó que fueron unas 8.000- y al menos 25.000 se desplazaron a la localidad de Sake, a unos 25 kilómetros al noroeste de Goma.
El desastre natural, sin embargo, ha destruido al menos 900 casas, según ha documentado la FICR, y ha hecho que unas 4.000 personas se queden en Sake, en refugios proporcionados por las autoridades o casas de familiares.
Por otro lado, al menos 23 personas ya han muerto como consecuencia de la erupción, ocho de ellas asfixiadas tras la liberación de gases tóxicos, según confirmó hoy Mahinda, mientras que el Gobierno congoleño ya había informado el domingo de 15 víctimas mortales.
Estas corresponden a dos personas calcinadas, cuatro presos abatidos por guardias al intentar fugarse -en medio del caos- de una prisión y nueve en un accidente de tráfico mientras intentaban huir de la zona.
Según Unicef, un total de 17 localidades de las afueras de Goma fueron afectadas por el magma y más de 150 menores se han visto separados de sus familias, mientras se teme que más de 170 se hayan perdido cuando los habitantes de Goma huían de manera masiva de la ciudad.
La FICR, por otro lado, ha identificado al menos a 300 menores que perdieron a sus familias durante la erupción y las busca para que se puedan reunir de nuevo.
RIESGO DE INTOXICACIÓN
Aunque otra erupción es poco probable porque los niveles de lava son bajos, "en algunos lugares, el magma está surgiendo por brechas que se abren en la tierra y expone a la gente a la intoxicación por la liberación de gases", advirtió Oliveira, al añadir que el agua, también contaminada, es un gran problema para la población que regresa.
Algunas personas tratan de volver a zonas cercanas a sus hogares, durmiendo con familiares o incluso al aire libre, lo que los pone aún más en riesgo de intoxicación.
La erupción del Nyiragongo comenzó el sábado por la tarde, siendo éste uno de los volcanes más activos del mundo y suele ser ascendido por turistas que quieren contemplar el lago de lava alojado en su cráter.
En un principio, Mahinda explicó a Efe que, "por la dirección de la lava, no parece que vaya a entrar en Goma", pero más tarde saltó la alarma cuando el volcán liberó un nuevo río de magma que se movía en dirección a la ciudad.
El domingo por la mañana, sin embargo, el Ministerio de Comunicación y Medios del país confirmó que el flujo de lava se detuvo de madrugada en Buhene, localidad a las afueras de Goma.
Mahinda reveló que las dificultades económicas obstaculizaron el monitoreo del volcán durante los meses anteriores a la erupción.
El apoyo económico del Banco Mundial que sostenía el Observatorio se retiró y los fondos del Gobierno central no llegaban, así que, entre junio de 2020 y abril de 2021, cuando un socio estadounidense aportó fondos de nuevo, no pudieron recoger datos sobre la actividad del volcán en tiempo real.
"No tuvimos conexión a internet durante más de seis meses, no tuvimos acceso a datos sobre los volcanes, lo que hacía que no pudiéramos informar en tiempo real", lamentó hoy, en conversación telefónica con Efe, el vulcanólogo.
La delegación gubernamental que se desplazó este lunes a Goma se comprometió a facilitar medios logísticos al Observatorio para poder monitorizar la actividad del Nyiragongo.
La tierra aún tiembla en la RD Congo tras la erupción del volcán Nyiragongo
24
de Mayo
de
2021
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