Vitoria, 23 jun (EFE).- El Ironman más sostenible regresa a Vitoria con 2.500 participantes que se darán cita en la capital vasca el próximo 10 de julio para vivir una prueba que recupera toda su esencia y un mayor compromiso con el reciclaje.
La prueba, que contará con 1.300 personas en la organización, arrancará en el embalse de Ullíbarri-Gamboa con un recorrido de natación de 3,8 kilómetros de una sola vuelta, para pasar después a los 180,2 kilómetros en bicicleta en tres vueltas que recorrerán las localidades del entorno del embalse alavés, con la novedad de que los participantes no se cruzarán como en anteriores ediciones.
La maratón final tras la última transición en el centro de la ciudad pondrá la guinda a la prueba con un recorrido por el casco medieval, varios de los monumentos más emblemáticos de Vitoria y una meta única en la Plaza Nueva.
El carácter internacional de la prueba reside en que casi el 80 % de los participantes son extranjeros. Francia y Reino Unido suponen el grueso de los atletas que llegan de fuera. Habrá también más de 200 participantes de Israel y más de 100 de Estados Unidos. En conjunto durante los días previos y posteriores a la prueba los alojamientos de la ciudad contabilizarán 20.000 pernoctaciones.
Participarán 40 profesionales entre los 2.500 triatletas que superan las cifras de 2019 y se encuentran en guarismos similares a la fecha de 2018 cuando se celebro el Triatlón de larga y media distancia.
Además, los que finalicen la prueba podrán optar a las 89 plazas para tomar parte en el Mundial de Kona que tendrá lugar en octubre. El australiano Josh Amberger es un de los favoritos a cruzar la meta en primera posición.
El compromiso de esta edición con el medioambiente crecerá. Por primera vez no se darán botellines de plásticos en la carrera a pie, con lo que se evitará la utilización de 40.000 recipientes.