Milcred Quintana Ruiz, investigadora del Instituto de Física y del Centro de Investigación en Ciencias de la Salud y Biomedicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), informó lo anterior a través de un comunicado de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
La especialista informó que es necesario producir dicho material de buena calidad en grandes cantidades, ya que los métodos actuales para obtenerlo son muy costosos.
Es por ello que la especialista trabaja en dos proyectos distintos junto con su grupo de colaboradores, a fin de obtener grafeno de calidad en una mayor escala.
Uno de ellos se enfoca en la interacción de las nanoestructuras de carbono con sistemas biológicos para aplicaciones en biosensores, superficies antibacteriales o antifúngicas, así como en plataformas para crecimiento celular para un posible desarrollo de nuevas prótesis artificiales.
Agregó que el otro proyecto es sobre nanoestructuras de carbono, para aplicaciones en energía como súper capacitores y celdas solares.
Quintana Ruiz señaló que un método para producir grafeno, en mayores cantidades, consiste en agregar entre las láminas del grafeno otro tipo de moléculas o nanopartículas funcionales que eviten que se pierdan sus propiedades físicas y adquieran diferentes funcionalidades.
El grafeno se ha convertido en un material de gran interés porque es 200 veces más fuerte que el acero, se usa en la industria farmacéutica, aviación, telefonía e industria del plástico, etcétera. En este campo China es líder al producir el 70 por ciento del material en el mundo.
Es por ello que en este proyecto colaboran investigadores de Inglaterra, a fin de lograr la captura de energía solar, además de su almacenaje y uso, aseguró en entrevista.
El apoyo para este proyecto lo consiguió a través de los Fondos Sectoriales de la Secretaría de Energía-Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Fondo Newton, el cual tendrá una duración de un año.
El objetivo es crear un material que sea muy económico, capaz de romper moléculas de agua y produzca hidrógeno, características necesarias para obtener un elemento que funcione como combustible y pueda sustituir al gas natural o a la energía eléctrica, por ejemplo.
La idea es colocarlo en los techos de las casas, sobre todo en las comunidades más pobres. “En el desarrollo de este prototipo para la producción de hidrógeno trabajamos en saber cuánto se podría producir, almacenar y si el proceso podría purificar agua”, apuntó la especialista.