En esta ocasión la calle Pino Suárez se llenó de fieles católicos, que con velas y cantos recorrieron cada una de las casas para pedir “posada” o lugar donde María y José puedan ser recibidos.
La interpretación es dar vida a la Virgen María y José, en su trayecto para encontrar un espacio donde puedan quedarse, reviviendo la llegada del niño Jesús, esto como parte de la devoción del pueblo mexicano.
Las características principales en cada noche que se hace esta representación, se encuentran el brindar algún alimento o bebida a los asistentes, que en su mayoría se deleitan con el tradicional ponche, buñuelos, chocolate caliente o tamales.
En las casas instalan imágenes en las puertas, así como adornos multicolores simbólicos a las fiestas de navidad, dando referencia a la llegada del niño Jesús a como lo menciona la biblia.
Este trayecto es significado de reflexión para cada uno de los mexicanos que comparten los momentos más sagrados, a través de una caminata que se realiza por toda la calle y donde la gente puede llegar a cada casa y recibir algún tipo de alimento.
En su mayoría adultos mayores y jóvenes son los que encabezan las peregrinaciones en estas fechas decembrina, para dar pauta al día 24 donde el niño Dios nace en Belén.
Al finalizar se rompen en la calle algunas piñatas, y se reparten a los niños aguinaldos, concluyendo con el festejo con ponches, ‘piquete’ y enchiladas.
Las fiestas navideñas forman parte de una tradición cultural arraigada a México, para crear lazos y convivencia entre los fieles católicos.